Trafico ilegal de madera chiapaneca llega hasta Europa y Asia
Hector Estrada

Mientras la protección al medio ambiente se mantiene como tema central de los discursos políticos y programas de gobierno a modo de buenas intenciones, actualmente los bosques y selvas de entidades como Chiapas siguen siendo víctimas de la tala ilegal que cada año significa el saqueo de miles de toneladas de madera para su venta en el mercado negro.
Apenas este miércoles, agentes del grupo interinstitucional, encabezados por la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Ambientales (Fepada), aseguraron más de 250 piezas de madera conocida como «corazón azul» en el municipio chiapaneco de Benemérito de las Américas.
En un comunicado, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) señaló que el aseguramiento se logró luego de una revisión de rutina a un vehículo tipo tractocamión perteneciente al servicio público federal abandonado en una brecha de terracería del ejido Roberto Barrios.
En la parte de la redila de la unidad se localizaron 160 trozos de madera y a un costado del automotor 98 trozos más. El total del material incautado fue de 258 piezas de madera de la especie «Swartzia Cubensis», comúnmente conocida como «corazón azul»; dando un volumen total de 43.859 metros cuadrados.
El caso dejó de manifiesto evidentes detalles que vinculan a las propias dependencias gubernamentales en tan devastador delito, tomando en cuenta que se involucra a una unidad del servicio público federal. A todo esto se suma la peculiaridad del hallazgo, al tratarse de un vehículo abandonado; lo que sin duda facilitó -en mucho- el aseguramiento de la madera.
Lo preocupante es imaginar el verdadero volumen de producto maderable no detectado que diariamente se sustrae de los bosques chiapanecos para ser trasladado de manera ilegal hacía otros estados o países; todo sin las facilidades que implica la fortuita localización de un camión a plena orilla de carretera.

Saqueo masivo

Y es que, de acuerdo a la propia Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) durante el último año se ha cuadruplicado el tráfico ilegal de madera en los estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.
Tan sólo en lo que va del 2014 se han decomisado más de mil metros cúbicos de material en el sureste mexicano con mercancía proveniente principalmente de zonas arboladas de Chiapas; una cantidad catalogada ya como una «cifra sin precedente» por la misma dependencia federal encargada de contrarrestar dicho delito ambiental.
Según investigadores del tema, la madera traficada es sustraída, en buena parte, de bosques de la entidad chiapaneca para ser transportada a través de los estados de Tabasco, Campeche y Quintana Roo a fin de llegar a su destino final en Puerto Progreso, Yucatán, y finalmente ser enviada a distintas partes del mundo.
Como muestra de este tráfico internacional, apenas hace unas semanas autoridades de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Ambientales realizaron dos decomisos en el Puerto Progreso, con un resultado de más de 50 metros cúbicos de maderas preciosas aseguradas.
En el caso de la madera que ilegalmente ha intentado ser exportada a través de Puerto Progreso, la mayor parte ha tenido como principal destino el continente asiático, aunque también se han confiscado cargamentos clandestinos sellados para su envío a Europa.
Pese a lo aparatoso de delito, hasta la fecha sólo han sido detenidas nueve personas por estos casos. No se ha logrado la desarticulación eficiente de las bandas dedicadas a este tráfico ilegal; un delito en incremento con cifras de devastación maderable que seguramente rebasan los números oficiales.
La realidad es que los trabajos de tala ilegal no son actividades que puedan pasar inadvertidas de manera sencilla; lo mismo que la movilización de toneladas de madera que ante la vista de todos recorren las carreteras interestatales, en su gran mayoría, sin ser detectadas durante su recorrido de varios kilómetros hasta su destino.
Aquí y ante la lógica, la corrupción se hace patente nuevamente como la protagonista y responsable principal de este negocio redondo. Es una cadena compleja de mafias, omisiones, complicidades y corruptelas que siguen permitiendo los procesos de deforestación, transportación y hasta envió ilegal de madera a otros continentes.
Así, mientras no se combata de raíz este delito nada podrá hacerse para detener sus daños -prácticamente irreparables- miles de hectáreas de bosques y selvas chiapanecas continuarán siendo deforestadas bajo el yugo de la corrupción misma.

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