Tubo de ensayo / Rene Delios

¿Cómo es posible que aun existan unidades piratas dando servicio público?

[dropcap]D[/dropcap]e por sí que en pasados sexenios saturaron de concesiones la entidad en un negociazo de altos funcionarios del ramo, con los llamados pulpos del autotransporte, que aparte de ello quieren ser desde regidores hasta diputados, pasando por alcaldes y ¿por qué no? La secretaría del ramo.
Es corrupción.
La secretaría de comunicaciones y transportes tiene verificadores que al parecer no funcionan.
O no quieren funcionar.
Es como los antros clandestinos: desde luego que desde verificaciones y clausuras del municipio que se trate, saben dónde están.
Son los que abren sin problema alguno en los días de «Ley Seca», y si los consumidores saben dónde están –obvio cervezas que les venden el producto a domicilio-, evidentemente la autoridad.
Si los verdaderos concesionarios detectan al pirataje ¿cómo es posible que la autoridad respectiva no lo haga?
Así como los males: negaron la chikungunya en toda la costa del pacífico, y resulta que ha habido defunciones con esa enfermedad «que no es mortal», desde Michoacán hasta Chiapas, siendo Guerrero un caso lamentable de niños saturados con paracetamol, por parte de padres carentes de información médica, y que actuaron a la autoreceta.
Así, nos podemos seguir con eso que enarboló el PVEM sobre las cuotas voluntarias en los centros escolares, y resulta que en todas –la que vea en la capital del estado, por ejemplo- por acuerdo de los padres de familia, no de los directivos del plantel –conste-, se están cobrando, bajo el argumento de que los planteles demandan recursos para su manutención, pues no hay ni para el trapeador.
Corrupción o negligencia, conveniencia o indiferencia, el caso es que por dónde se vea, los efectos adversos los padece la sociedad.
Viajar en un taxi ilegal sin garantías de seguridad de nada para el usuario, no para aplaudirle a la secretaría del ramo que para eso está. El clandestinaje dónde prolifera la prostitución, pues tampoco, una enfermedad «nueva» que arremete en México –como aquella influencia A (H1N1), que ya ¿pasó de moda? Y que sí fue al final mortal- sin información por parte de la SSA en la gente.
En cuanto a las cuotas escolares está fácil: que cada secretario en cada entidad anuncie ante su pueblo que la cuota no es obligatoria.
Pero como no se trata de utopías en ésta nación de leyes que no se cumplen, pues tendremos que seguir observando «estas irregularidades» institucionales.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *