Tubo de ensayo / Rene Delios

Como en Chiapas alrededor de cien promotores y coordinadores de la Cruzada contra el Hambre en Guerrero se manifestaron por la falta de pago de 4 meses de salarios, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social.
Son caso 450 trabajadores de aquella entidad que como en Chiapas, se les adeuda su sueldo.
¿Qué cosa pasó con ese programa tan pomposamente anunciado, en un año en que concluye la fecha para cumplir los objetivos del milenio del PNUD de la ONU, entre ellos, la desnutrición infantil, planteamiento de la UNICEF.
No será un asunto derivado de la instrucción presidencial de racionalizar el gasto público.
Porque Peña Nieto conminó a los integrantes de su gabinete a mantener la disciplina y responsabilidad presupuestaria para continuar con el entorno de estabilidad macroeconómica.
¿Pero eso incluye el pago de los trabajadores de sus programas asistenciales?
Son ya cuatro meses en que hicieron trabajar en campo a esas personas, que tuvieron aparte que conseguir varo para su manutención, porque ni viáticos para tal fin, y eso se llama explotación y fraude laboral por parte del gobierno mismo.
Todavía durante una reunión con los titulares de las distintas dependencias para evaluar los avances en las acciones para instrumentar las distintas reformas estructurales, los llamó a continuar con las medidas que permitan mantener la estabilidad macroeconómica ante el escenario internacional de volatilidad e incertidumbre económica.
Ahora los que están en incertidumbre de sus pagos son los trabajadores de esa cruzada nacional contra el hambre: quedaron hambreados ¡ha! qué ironía.

Matraz

El 14 de septiembre de 1968, se registró la Masacre de San Miguel Canoa, junta auxiliar del municipio de Puebla.
Ese día fueron linchados cinco trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla que habían ido a esa población de excursión a las faldas del volcán llamado la Malinche, y de acuerdo a las reseñas de la época, fueron sorprendidos por la noche lluviosa y tuvieron que quedarse a dormir en Canoa, en la casa de un habitante que tenía problemas con sus vecinos y –así se dice- con el sacerdote del lugar.
Documentada en una cinta de Felipe Casalz en 1975, los habitantes del pueblo fueron instigados por el sacerdote acusando a los jóvenes de comunistas –o sea enemigos de Dios- y de intentar el sacrilegio de instalar una bandera rojinegra en la iglesia.
Tenían dos semanas los sucesos de Tlatelolco, y pues los habitantes de Canoa armados con machetes se dirigieron a la casa en donde estaban hospedados los jóvenes y asesinaron a tres de los cinco empleados así como al dueño de la casa.
Y ya la sabe en éste nuestro México: no se detuvo al cura, los pocos que fueron encontrados culpables salieron de la cárcel al no poder demostrarse su participación.
Ahora, en esa misma entidad se repite la misma cosa de utilizar la ignorancia, ahora no en contra del comunismo, sino a todas tintas partidistas, en contra de dos encuestadores en Ajalpan, Puebla, que realizaban un estudio sobre «consumo de tortillas».
Estos encuestadores de la empresa Marketing Research & Services fueron asesinados en un linchamiento público, acusados de ser secuestradores y ejecutados por un grupo de pobladores de la comunidad.
¿Y luego?
Esto se viene a integrar a la ola de impunidad que hay en éste país, pues aún no se tienen datos bien a bien de quiénes quemaron a esos dos compas en Chamula recién, averiguación que debe de incluir al ex alcalde, por supuesto, mínimo por fingir demencia el día de los hechos.
¡Es el siglo XXI!
Pero como acá que no quieren ruidos intra étnicos, en Puebla en tiempos de cambios políticos cercanas las precampañas para la sucesión de Moreno Valle -que quiere ser presidenciable- me imagino que tampoco, y tendremos a otros padres desolados recorriendo oficinas en busca de justicia para sus hijos, porque los dos quemados en Ajalpan –que no es un poblado indígena- eran hermanos.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *