Tubo de ensayo / Rene Delios

Si a Saúl Martínez, ex dirigente por dos décadas de la CTM, le sorprende el modo vandálico de María de Jesús Olvera como dirigente sin elecciones de esa central obrera, y el que aun las casi dos decenas de demandas judiciales que comprenden fuero común y federal, pues imaginen la idea que puede tener el ciudadano de a pie del porqué, la legisladora todavía logra para ganar mayor impunidad con una diputación local que le da fuero, y no se le puede llamar a cuentas, salvo se quiera.
Pero entonces aterrizamos en que no quieren, o alguien muy influyente como para impedir el inicio de las investigaciones federales en torno a sus abusos en Chicoasen II, lo impide.
La verdad la señora legisladora recuerda aquellos caciques políticos que otrora actuaban a su albedrío por encima del estado de derecho, e incluso algunos llegaban a la horca y cuchillo como se vio en Chiapas durante el periodo negro de las Guardias Blancas, de siempre negadas pero efectivas para asesinar a dirigentes campesinos hará poco menos de tres décadas.
Pero esa es otra historia.
La que nos ocupa es sobre una lideresa con múltiples demandas que no proceden, aun la veracidad de la información proporcionada por Silvano Bautista y luego por Saúl Martínez, y que desde luego son ya fe pública a la vez denuncia publicada en torno a que a la señora, las autoridades de referencia, no se la ejecutan como le sucedería a cualquier ciudadano de éste pueblo de pueblos e injusticias acumuladas.
¿Por qué no la llaman a cuentas previo desafuero?
Solo falta que su denuncia en contra del periodista si proceda «para desahogo» porque se insiste, no se tiene conocimiento de que la legisladora haya retirado la demanda.
Pero lo veamos por la vía de los derechos y beneficios: en Chicoasén II trabajaban mil 500 personas, que estoy seguro son lo de menos; el negocio turbio y millonario ahí es la maquinaria de carga, en volteos, maquinaria pesada, entre otros que desde luego trae o había traído la empresa responsable de la obra -tasada en su momento en 550 millones de dólares-, una derrama importante para esa zona de la entidad, que no es de las más boyantes que digamos, y que sí es cierto, presentó cierta inconformidad por parte de los ejidatarios de la zona, no por el posible embalse, sino porque no los empleaban.
Pero esa también es otra historia.
La que nos ocupa es clara: como que a la CTM Chiapas no la tomaron en cuenta para contrataciones importantes en esa hidroeléctrica, y las organizaciones camioneras hicieron lo necesario con su «dirigente», la que no tiene de otra que apoyarlos porque fueron ellos, los que la sustentaron para poder quedarse en ese puesto de manera ilegítima.
Así que a la legisladora del PRI por el distrito de Pueblo Nuevo Solistahuacán no se la pueden aplicar con tantas demandas en su contra –y las que vengan de la CFE-, y que desde luego, la exhiben como una mujer problemática no solo para esa central de oligarquías sindicales, sino también para su partido «renovado» que con ella en la bancada, hace recordar aquellos modelos arcaicos del poder en México.

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