Violencia sexual infantil en Mexico, un grito en el desierto

La diputada del PAN, Martha Cristina Jiménez considera que en el país existe una indiferencia al tema; promueve la creación de un registro de agresores para evitar nuevos ataques

Redacción

[dropcap]L[/dropcap]a diputada del Partido Acción Nacional, Martha Cristina Jiménez, promueve, desde el Congreso de la Unión, la creación de una herramienta que podría ser fundamental para evitar que los depredadores sexuales que atacan a niños sigan haciendo daño, esto es, la creación del registro de delincuentes sexuales.
Crónica ha dado a conocer en los últimos días casos de abuso contra niños, en algunos casos muy pequeños, en la Ciudad de México y en Baja California Sur.
Sobre este escabroso tema, se consultó también a la priista Julieta Fernández para quien, parejos, Gobierno y sociedad civil muestran un desinterés inexplicable.
Los gritos de auxilio de los pequeños, alude, se dan a mitad de una especie de desierto.
Las cifras de las organizaciones civiles que abordan el tema son igualmente llamativas: 80 mil niños que sufren abuso cada año; 70 por ciento sin denuncia de por medio.
Agresores. En el registro nacional propuesto por Martha Cristina Jiménez desde la Cámara de Diputados se inscribirían a todos los responsables de este delito que ataquen a un menor de edad. Esto procedería sustentado en la orden de un juez, pero la creación y operación de un registro nacional de este tipo depende enteramente del Ejecutivo Federal.
Las leyes mexicanas que castigan el abuso sexual infantil no llevan un registro público de los ofensores, los pedófilos mexicanos salen de la cárcel sin que se le da seguimiento a sus actividades, por lo que para ellos es fácil volver a atacar a un pequeño, señala la panista. Si ese registro existiera, asegura la diputada, sería fácil seguirles la pista, sería fácil ubicarlos y sería fácil evitar que atacaran de nuevo.

Cifras de la inocencia perdida

Las cifras más actualizadas de distintas organizaciones no gubernamentales y de autoridades estatales y federales hablan de más de 80 mil niños abusados sexualmente cada año en todo el territorio nacional; Ciudad de México, Chiapas, Oaxaca, Jalisco, Zacatecas, Chihuahua, Sonora, Coahuila, Guerrero y Tabasco son las entidades en donde esta problemática es más grave.
Una de las aristas más graves del abuso infantil es la llamada cifra negra; se calcula que en 70 por ciento de los casos las familias prefiere no denunciar el abuso infantil, debido a que los padres se resisten a exponer a sus hijos a una serie de análisis que probarían el abuso, o bien para ellos es prioridad atender a su hijo y ver por su recuperación.
México ocupa el deshonroso primer lugar en el mundo en casos de abuso sexual infantil, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Asimismo, es el primer lugar en producción de contenidos de pornografía infantil, condición que fue notificada a la Procuraduría General de la República. La Policía Cibernética de la PGJDF tiene el registro de que en México en el 2013, se abrieron más de 13 mil sitios de contenido pornográfico infantil.
La vulnerabilidad que otorga su corta edad es el factor que los abusadores aprovechan para atacar a los menores, las estadísticas de la PGR señalan que el 80 por ciento de los pedófilos son hombres y que una herramienta de uso común en los años recientes son las redes sociales, a ese tipo de abuso se le ha denominado «grooming» y sucede, según la autoridad, en casa, los domingos, en los horarios posteriores a la comida.
En México cada hora, tres niños son víctimas de un depredador sexual, quien, de acuerdo con autoridades y organismos no gubernamentales, en el 80 por ciento de los casos, es una persona cercana, localizada en el primer círculo de confianza del infante, el cual está delimitado primero, por los padres del menor, después por sus familiares más cercanos y en tercer lugar por los maestros y el personal de la escuela a la que acude.
De acuerdo con Rosario Alfaro, directora de Asexoría, asociación civil que aborda la prevención del maltrato y del abuso sexual infantil, una parte fundamental para detener a los depredadores es que la sociedad haga conciencia, que padres de familia, maestros, educadores y autoridades acepten esta realidad.
Dice Alfaro que además los padres deben saber entender e interpretar lo que sus hijos les quieren decir, no deben desestimar ninguno de los tipos de comunicación que los infantes utilicen, ninguna de las señales que los niños les manden debe ser ignorada.
Desde el simple «no quiero ir a la escuela», hasta los dibujos más simples, deben ser captados por los padres y, por supuesto, atendidos por especialistas en psicología infantil.
A decir de la directora de Asexoría, el pedófilo o depredador sexual infantil no es una persona siniestra, sombría u oscura y no opera en la clandestinidad, al contrario, se trata de un sujeto amable, carismático y de personalidad atractiva que utiliza sus atributos para acercarse a los pequeños.

El dolor a mitad del desierto. La diputada priísta Julieta Fernández asegura a Crónica que en México, nadie hace nada por detener el abuso sexual, «creo que México es un desierto porque nadie hace nada, no solamente el gobierno, sino la sociedad normalmente se queda llorando en su casa y los mexicanos tendemos a esconder las cosas, como si al esconderlas ya no fueran a pasar».

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