Ya falta poco / Rodrigo Ramn Aquino

Vaya polémica desatada por la condecoración del exgobernador Patrocinio González Garrido con la Medalla Miguel Álvarez del Toro, presea cuyo espíritu reconoce las aportaciones hechas al cuidado y conservación del medio ambiente. El reconocimiento es nuevo, se instituyó en mayo de 2017 y fue impulsado por el entonces diputado Eduardo Ramírez Aguilar, hoy senador electo.
Independientemente de si hay o no ambientalista con mayores méritos que el dueño del parque Aluxes (que seguro lo hay), el asunto es político por diversos componentes: su hija, Josefa González Blanco, es la propuesta para la titularidad de la Semarnat; el exgobernador Pablo Salazar recordó su vinculación histórica con asesinatos, y ACs se pronuncian en contra.
Cabría preguntar, entonces, ¿quién le apostó a este cálculo político? ¿A quién se busca agradar pese a todos los pesares y las críticas? Incluso preguntar si el señor galardonado ¿dio autorización para pasar por todo este escarnio (merecido o no)? Se abrieron, pues, viejas heridas, se sumaron nuevas voluntades a la lucha contra el olvido. Y si hay un oficioso, pues ese no podrá conciliar el sueño.
Esas son las notas políticas en lo local. Tras la jornada electoral, los asuntos de importancia se han centralizado: transición, perfiles para los puestos de importancia, reuniones con coordinadores regionales y estatales, pacificación. Manuel Velasco será senador plurinominal y Rutilio Escandón atiende el traslado de la CFE a Tuxtla. Ya falta poco.

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