A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

Empresarios por México

Viniendo del presidente resultan muy lamentables las expresiones en contra del empresario Claudio X González. Esta enojado porque la organización mexicanos contra la corrupción, ha recurrido a herramientas legales para impedir que se tomen decisiones que juicio de ellos lesionan el interés público, atentan contra las finanzas y afectan el desarrollo del país.

La organización que dirige el empresario no nació con este gobierno, sino que data de tiempo atrás y ha denunciado casos como el de la empresa Odebrecht y la Estafa Maestra. Basado en esas denuncias el gobierno de López Obrador inicio procesos en contra de Emilio Lozoya y Rosario Robles. Ahora han interpuesto amparos para evitar la inutilización del NAIM y la construcción del nuevo aeropuerto en Santa Lucía. No se contaba entre otros requisitos con la manifestación de impacto ambiental y tampoco se sabe si contarán con la certificación de organismos internacionales como MITRE, IATA y la OACI, que son condicionantes para operar en la mayoría de las aerolíneas. Tan tenían razón que la Secretaría de Medio Ambiente se apresuró a elaborar la MIA. En dichos amparos ha procedido la suspensión definitiva en tanto los jueces valoran si el gobierno cubre con los requisitos necesarios que permitan iniciar las obras de construcción. Eso incluye, por ejemplo, consultas a los pueblos originarios de acuerdo al convenio 169 de la OIT.

La última intentona legal del gobierno fue elaborar el catálogo de «instalaciones estratégicas» que incluyen a Santa Lucia. Con ello la Sedena solicitó revocar dichos amparos. Se sacan de la manga que ahora el aeropuerto será cívico-militar. No estaba contemplado en el plan original. Se sabe que la Sedena buscaba terrenos en Querétaro para trasladar la base aérea militar. En el actual aeropuerto se realizan más de 140 mil operaciones entre aterrizajes y despegues de vuelos internacionales. 383 en promedio por día y 16 por hora. Y se supone incrementarán en los próximos años. En una base militar se realizan tácticas de adiestramiento y operaciones militares que pueden responder a emergencias como el plan DN-III. Se antoja difícil que estas puedan realizarse de manera simultánea. Los vuelos internacionales de larga duración no pueden entrar a lista de espera. Es un cuello de botella para el espacio aéreo.

Lo preocupante es la forma en que se intimida a ciudadanos que, empresarios o no, ejercen derechos que les confiere la constitución política del país. El gobierno está obligado a cumplir y hacer cumplir las leyes. También se intimida al poder judicial al que una y otra vez acusan de corrupción.

Los empresarios desempeñan un rol fundamental en la generación de empleos y contribuyen con sus impuestos al sostenimiento del gasto y la inversión públicas. No se les puede hostigar sin detrimento de la economía. Los países que han prosperado en los últimos años incluyen a regímenes autoritarios como Singapur, China, La India o Rusia, pero lo deben a su apertura al libre mercado y la globalización.

En México los empresarios habían sido acomodaticios con los gobiernos en turno. Hoy Salinas Pliego y Azcarraga son de nuevo soldados del presidente. Temerosos de auditorias o como proveedores del propio gobierno asumen una actitud timorata y convenenciera. Hoy aspiran a desarrollar un rol diferente porque sus ingresos ya no dependen necesariamente del gobierno. Hay empresas mexicanas con presencia e inversiones en muchos países. Necesitan confianza para poder invertir. No pueden estar a expensas de decisiones arbitrarias de un marco legal que inhiba la inversión. La Coparmex que dirige Gustavo de Hoyos, mantiene una postura crítica y ha emprendido una plausible iniciativa para formar liderazgos que participen en política.

En Chiapas, donde la economía gira en torno al gasto gubernamental, se antoja difícil que los empresarios asuman un papel proactivo cuestionando las políticas públicas. Los partidos políticos de oposición son actores anodinos. Burocracias ensimismadas a la pesca de espacios de poder cada que hay elecciones. Las declaraciones del secretario de hacienda respecto a nuestro nulo crecimiento económico les deberían de preocupar. El asistencialismo no va sacar a Chiapas de la pobreza. Hace falta incentivar las inversiones productivas. Lamento presuponer que eso no va cambiar. Por eso estamos como estamos. Sobrevivimos jugando el juego de Juan Pirulero, donde cada quien atiende su juego.

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