A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

AMLO ante el G20

El presidente pretendió dar lecciones de economía a los líderes del G-20. Estamos hablando de los reyes de capitalismo global para los que sus teorías bien podrían ser tomadas a sorna. La receta de Andrés Manuel fue «apoyar a los de abajo» y con ello pretendió decir que se minimizó con éxito el impacto económico. No piensan lo mismo los millones de pequeñas y medianas empresas que hoy se encuentran en la quiebra y a las cuales no se les ofreció ningún tipo de apoyo económico. Los dejaron a merced precisamente de la banca comercial cuyos intereses son demasiado altos y eso sin considerar las condiciones y requisitos difíciles de lograr que estas imponen.

Se habla de un millón de empleos formales perdidos pero las estadísticas consideran la cifra superior a los 15 millones considerando a la economía informal. Somos un país desigual porque mientras unos pagan puntualmente sus impuestos a riesgo de sanciones incluso de tipo penal, otros no saben lo que es pagar impuestos, dar seguridad social a sus trabajadores o acaso pagar el salario mínimo. Las principales rentas que recibe el estado vienen precisamente de las Pymes.

Es cierto que en otros países se apoyó a la base trabajadora por la perdida de empleos de manera temporal, pero la mayoría destinaron hasta un 10% de su producto interno bruto para mediante diversos esquemas apoyar a los pequeños y medianos negocios. La alternativa era fondear, lo cual no quiere decir erogar, a través de la banca de segundo piso con créditos baratos, montos equivalentes a 500 mil y hasta 5 millones de pesos.

Lo que se hizo acá fue pulverizar los apoyos en montos que no llegaban a los 30 mil pesos y sin ningún tipo de garantía lo cual permite predecir que irán a parar a fondo perdido. Sirve para subsistir sí, pero no para mantener un negocio por pequeño que sea considerando las mermas producto de las bajas ventas por las medidas de restricción ante el Covid. Genera circulante al igual que las remesas que envían nuestros paisanos y que este año superaron los 40 mil millones dólares. Nada que presumir y menos ante las naciones más ricas del mundo y a las que, como va México, dejará de pertenecer.
Otro factor que mantiene el mercado son las exportaciones a los Estados Unidos. Lo que ha reducido son las importaciones porque nuestro mercado de consumo ha disminuido notablemente. De no ser por el T-Mec, esa ocurrencia tan neoliberal y que tanto criticó la izquierda en el pasado, la economía mexicana estaría en el subsuelo.

Lo que no les platicó el presidente a los líderes mundiales es que está invirtiendo dinero fresco por mas de 650 mil millones de pesos, en un aeropuerto que con las aerolíneas en quiebra no servirá para mayor cosa. Tampoco que está haciendo un tren en medio de la nada atravesando la reserva natural de Calakmul. 1,500 kilómetros en 6 años cuando Don Porfirio construyó más de 20 mil hace más de un siglo. Un tren cuyo costo beneficio no se ha dado a conocer porque ni siquiera se tomaron la molestia de calcularlo.

Y la joya de la corona, una refinería sumergible donde ya quedaron anegados los primeros 5 mil millones de pesos producto de múltiples inundaciones. Una refinería para «garantizar nuestra soberanía energética», aunque nos cueste más caro después comprar sus gasolinas. Y que decir del uso de combustóleo y carbón para producir electricidad. Todo lo contrario, a lo que están haciendo el resto de los países más desarrollados. Reino Unido dejará de usar gasolinas en el 2030 y China pretende para el 2040 que todos sus vehículos se muevan con energía eléctrica.

Nada se dijo de la caída en la inversión extranjera. Tampoco de las inversiones paralizadas del sector privado que se han quedado en puros anuncios y no han aterrizado. Nada de innovación ni desarrollo tecnológico. Ningún proyecto sustentable ni amigable con el medio ambiente. La vieja receta del estado benefactor y paternalista. El fracaso probado del estatismo económico. Puras falacias pa puras vergüenzas, causando lastimas al desprecio…

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *