A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

El futuro en nuestras manos

Recientemente varios candidatos a diputados federales compartimos un foro en el Colegio de Arquitectos de Chiapas. A un costado mío, estaba la candidata de Morena por el mismo distrito en que estoy participando. A mi en lo personal me causó buena impresión. Es una dama con preparación. Solo lamento que represente a un partido en el que discrepar incluso dentro de sus propias filas sea calificado como un anatema.

Los actuales diputados de Morena han votado al unísono una serie de reformas a todas luces anticonstitucionales. Han desaparecido fideicomisos como el de Seguridad, las estancias infantiles, dejado sin tratamiento a los niños con cáncer o acabado con el fondo para atender enfermedades catastróficas como lo son padecimientos costosísimos que dejan en la calle a muchas familias. Mimetizados en su bancada mayoritaria no tienen manera de justificarse ante estos desatinos y todo por obedecer ciegamente al presidente a quien no se atreven a contradecir en lo más mínimo.

Sin cambiar una coma

Ese mayoriteo se le criticó durante muchos años al régimen priista hasta que se creó la figura de la representación proporcional hoy tan criticada. Con ello, el peso de las voces opositoras obligó a recular en muchas ocasiones a la mayoría priísta. Hoy, se aprueba todo, «sin cambiar ni una coma» y sin el más mínimo pudor. En medio de ese avasallamiento ha surgido la voz de Porfirio Muñoz Ledo para dejarlos en evidencia. Es ignominioso callar. Eso lo percibe la opinión pública y seguramente habrá de reprochárselos en las urnas. Votar por Morena es refrendarles una patente de corso.

El miedo a debatir

En lo personal he insistido en diferentes medios y organismos en que se nos convoque conjuntamente a intercambiar ideas en un ejercicio democrático. Hacerlo por separado lo reduce a simple propaganda, a un soliloquio. Además, al Congreso se va a debatir. El solo hecho de rehuir a ese ejercicio deja mucho que desear respecto de quienes aspiramos a representar a los ciudadanos.

He comenzado a escuchar a otros candidatos. Algunas de sus ideas son interesantes. De nueva cuenta el tema es el partido que los abandera. Hay ocho declaradamente afines al presidente y la 4t. Solo nos queda como oposición, el partido Movimiento y la alianza del PRI, el PAN y el PRD. El problema con estos últimos es que reducen el debate a la sola critica de la actual administración morenista. Hablan de lograr una mayoría opositora en el Congreso y acusan con tibieza al gobierno federal. Ofrecen mejorar la seguridad, la economía y atender necesidades de los más marginados ahora que están campaña, pero no lo hicieron ante, Incluso siendo representantes populares. Por eso no hay mucho que esperar de ellos.

Pluralidad

Y no se trata precisamente de hacer solo contrapesos. De no lograr esa mayoría opositora, toda su oferta se iría a la basura. Sería la excusa perfecta para no cumplir con lo ofrecido. Se la van a pasar proponiendo «puntos de acuerdo» o exhortos inútiles e improductivos. De lo que se trata en realidad, es de lograr un ejercicio que represente la pluralidad del país. Que haga respetar la constitución y la autonomía de los poderes, así como los órganos constitucionales autónomos. Qué respete y haga respetar la libertad de expresión.

Los más pobres

Si de gestionar se trata lo que tenemos que hacer es poner los temas de la agenda del país y de nuestro estado mas allá de los partidos políticos. Chiapas es un triste ejemplo de 25 años de políticas asistencialistas. Hoy somos el estado más pobre entre los pobres del país. 10% más que Oaxaca y Guerrero nuestros antes cercanos competidores. La pobreza les ha servido a nuestros políticos para que lucren con ella, para que ofrezcan tortillas y despensas a cambio de votos, para que condicionen los programas sociales a cambio de mantenerlos en el poder, para que ellos se sigan enriqueciendo a más no poder.

Chiapas ha perdido un millón y medio de hectáreas de bosques y selvas y se supone que somos el pulmón del país. Tenemos el 30% del agua dulce pero el 80% de nuestros ríos y arroyos son el principal vertedero de aguas negras. Y nadie hace ni propone nada para remediarlo. La principal causa de muertes de la desnutrición y la diabetes, pero somos los principales consumidores de refrescos, causantes de dicho padecimiento. Tenemos ahora la población más joven de todo el país, pero para ellos no hay oportunidades, ni empleos dignos o bien remunerados. Dependemos en un 97% del presupuesto federal. No contribuimos en casi nada al gasto público.

Solo democracia

Hay que decirlo. No nos espera ningún futuro promisorio si seguimos así. Lo que tenemos es una gavilla de ladrones que vive a costillas de la miseria y a la que no les importa Chiapas. Con una parte de nuestra sociedad apática y cómplice que se conforma con los mendrugos del poder y siempre dispuesta a la reverencia. Si somos por fin, conscientes de ello, tendremos en nuestras manos el poder de cambiar las cosas. No es la violencia, no es tomando las calles o bloqueando carreteras, no es la protesta vandálica ni la justicia por propia mano. Es solo la democracia, la que nos puede salvar.

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