A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

El PAN en Chiapas, renovarse o morir

Hace más de tres años dejé de ser miembro activo del PAN, pero no renuncié. Simplemente no renové mi militancia. Mi empatía ideológica sigue ahí. Tengo cientos de amigos y destacados políticos de sus filas a nivel nacional lo siguen siendo.  Soy un hombre de ideas liberales que cree en las libertades individuales, el respeto a quien piensa diferente, la libertad de credo, expresión, preferencias sexuales, la libre prensa, la pluralidad, el estado de derecho, la democracia, pero sobre todo un convencido de los beneficios, más allá de los perjuicios, del libre mercado. Unos lo llaman ser de derecha, yo lo llamo, ser liberal.

No creo en el estatismo, el colectivismo y el igualitarismo forzado, bajo sus distintas acepciones, socialismo o comunismo, que van contra la naturaleza humana. Menos en esos personajes que siendo individuos asumen representar al pueblo y al mismo tiempo combaten el individualismo. Aquellos que creen en homogeneizarnos y adoctrinan a las masas constituyéndose en oligarcas que se auto embisten de autoridad moral para imponérnosla como si fuéramos manadas a las que hay que guiar.

Ser liberal

Si hay un modelo igualador quizás sea el del libre mercado que es donde florecen las clases medias. Mientras que los modelos estatistas se han vuelto expertos en igualar en la pobreza. Igualar oportunidades, crear condiciones para la movilidad social, ser subsidiarios, solidarios, apostar por el emprendimiento, la generación de riqueza desde la sociedad, la formación de ciudadanía como base del desarrollo y la convivencia social, de eso se trata. Tanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.

Si hablamos de evidencia científica, de resultados en calidad de vida, socialismo, comunismo y la izquierda antidemocrática han sido un fracaso. Han derivado en autoritarismo, dictaduras, represión, supresión de las libertades, pero sobre todo en pobreza extrema. Para muestra los grandes y pequeños botones, la era socialista y comunista de Rusia y China. Más su versión tropical en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Nada que ver con la social democracia europea. En contraparte hay que voltear hacia occidente. Europa, América del Norte y países asiáticos como Corea del Sur, Japón, Singapur, Hong Kong o Taiwán y observar el desarrollo en esos países.

Alternativa

A cómo va el país empobreciéndose con las recetas caducas del pasado, el PAN se está convirtiendo en la principal opción opositora y la gente que no está de acuerdo con la política, sobre todo económica del actual gobierno quiere un partido vigoroso y con liderazgos fuertes que defienda con ímpetu sus ideas. Salvo algunos liderazgos aislados y gobiernos estatales que gozan de gran aprobación, falta consistencia.

Burocracia

La burocracia partidista se ha convertido en una élite y les falta más empatía inclusiva con la ciudadanía. Eso se ha arraigado en algunos estados. No ha habido renovación y falta inclusión no solo de la ciudadanía sino de la propia militancia. El caso de Chiapas es patético, desolador. De gobernar la capital por tres veces consecutivas y tener hasta 5 diputados en el congreso, hoy no se gobierna ni un solo municipio, solo hay una diputada plurinominal y 9 regidores en todo el estado de representación proporcional. Sin embargo, su sempiterno dirigente va por enésima vez por la dirigencia. No es nada personal, pero creo que debería de retirarse y dar oportunidad a un renuevo. Lo acompañan ahora personas -muy apreciadas por mí- con las que busca legitimarse y perpetuarse a pesar de sus muy magros resultados.

Renovación

Hoy el PAN se encuentra en el proceso de renovación de su próxima dirigencia a realizarse el próximo 24 de octubre. Solo veo una alternativa viable en la figura de Cesáreo Hernández. Ha realizado una gran campaña recorriendo el estado y visitando a su militancia. Es un panista probado, institucional, conoce bien las entrañas del partido y goza de simpatía. Tiene todo para ganar. Yo le deseo la mejor de las suertes. Ojalá no le roben la elección. En Chiapas se necesita de una oposición inteligente, dinámica, critica y propositiva. Un partido visible, no solo electorero, que defienda sus tesis y proponga en su agenda mejores alternativas para nuestro desarrollo social y económico. De otra manera habrá que resignarse a la hegemonía del partido gobernante en turno sobre el cual orbitan como satélites partidos locales y nacionales. Se trata de renovarse o terminar de morir.

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