A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

Encuestas hacia el 2024

El primer argumento para descalificar una encuesta que no es conveniente a las expectativas de la persona que las conoce, es decir que siempre favorecen al que las paga. Eso pocas veces se sabe. Lo que no se puede hacer sin miramientos es descalificarlas per se, como si no tuvieran un rigor científico o metodológico. Hay un ordenamiento legal regulado por las autoridades electorales. También es importante saber interpretarlas y ponderarlas correctamente.

Las encuestas o estudios de opinión no solo se utilizan en política sino también en trabajos de investigación, estudios de mercado o mercadotecnia. Es común entre empresas. También hay que diferenciar entre las encuestas que son públicas y las que son para consumo interno.

En síntesis, podemos afirmar, nos guste o no, que siguen teniendo vigencia como un método para medir la percepción de la opinión pública. Lo primero que se puede o debe hacer es verificar cuál es la encuestadora. Una simple búsqueda en Google nos permitirá saber si realmente existe y cuáles son sus referencias.

Para el actual partido gobierno y para el propio presidente, las encuestas son un referente en la toma de decisiones o posiciones políticas. López Obrador se sabe popular y aceptado, y eso ha influido en sus decisiones políticas. Por eso habla de la derecha, los fifís y los conservadores. Percibe que un electorado dividido maniqueamente entre buenos y malos, polarizado entre quienes están a favor o en contra de la 4t donde no hay medias tintas, le favorece. Por ello la narrativa. Las marchas, por cierto, son un indicio, pero no miden realmente nada. Las encuestas al menos para Morena se han convertido en el método de elección para sus candidatos, y hasta su dirigencia nacional como fue el caso de Mario Delgado.

Las llamadas corcholatas, es decir los destapados por el presidente para la sucesión presidencial, irán también a un proceso de encuestas y por eso los tenemos desatados autopromocionándose por todo el país. La cuestión es dejarse ver, posicionarse y no dejar a la suerte lo que podría ser determinante para la elección del candidato o candidata. El asunto se les está complicando porque hay por ahora un virtual empate entre Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum. Ya llegará el momento en que Morena los convoque para determinar las encuestadoras y los criterios que habrán de seguirse. Todo ello, aunque se aprecia claramente una preferencia del presidente por la jefa de gobierno de la CDMX.

CHIAPAS

Aunque falta casi un año para las definiciones, en Chiapas también ya arrancó la carrera por la sucesión. Varios de los aspirantes ya hicieron públicas o ya insinuaron sus intenciones. Y al igual que en otros estados donde habrá elecciones, las encuestadoras ya están anticipando tendencias. Al menos las que he podido analizar y me llegan directamente con relativa frecuencia, son encuestadoras que tienen historial y experiencia.

Mencionaría a:

1.- https://www.massivecaller.com/files/chiapas.pdf

2.-https://demoscopiadigital.com/2022/10/20/chiapas-preferencias-electorales-20-octubre-eleccion-gobernador-2024/

3.- https://www.tresearch.mx/post/asi-van-rumbo-al-2024

4.-https://rubrum.info/intencion-de-voto-para-gobernador-en-chiapas-18-de-noviembre-2022/

Del estudio de cada uno de ellas interpretó que entre los personajes mencionados no están todos los que son o quisieran estar, ni son todos los que están. Lo que sí es relevante es que aparezcan los que hasta ahora son mencionados como los más probables y me refiero a Zoé Robledo y Eduardo Ramírez. Hay otros como Placido Morales, Ángel Torres y Carlos Morales que probablemente podrían ser evaluados.

Por ahora puedo anticipar que, para Morena, solo después de Tabasco, Chiapas es el bastión más importante con preferencias que en promedio están entre el 42 y 48%. En teoría cualquiera que sea su abanderado podría ganar, aunque el mayor volumen de los votos es necesario en la elección presidencial de ahí que se necesite al candidato más rentable. La oposición por sí sola no tiene nada que hacer y no es por casualidad sino porque brilla por su ausencia y falta de liderazgos. Los demás partidos por sí solos, incluido el Verde, rondan entre 5 y 10%. Es un primer dato relevante si se supone que Chiapas fue, en el sexenio anterior, el principal bastión del Partido Verde. Bajo esa lógica reduciría su margen de negociación en una muy posible Alianza con Morena.

Lo que irrita un poco a la clase política local que tiene muy definidas sus simpatías e intereses, es la diferencia entre Zoé y ERA ya que dichas encuestas colocan a Zoé con buena ventaja. Y no solo eso, sino también con más empatía entre el electorado más allá de Morena. ERA ha dicho que se someterá y aceptará el método de encuestas que se defina y esto porque se especula que podría competir por una eventual alianza opositora. Sus seguidores sienten que es ahora o nunca, pero dudo que suceda. Morena no se puede dar el lujo de dividir sus votos en Chiapas. El presidente no lo va permitir. Por lo que a Zoé respecta, es ahí o no es. Los dos son los políticos, por ahora, más conocidos y cada uno tiene lo suyo. Zoé es muy cercano al presidente, Eduardo muy cercano a Monreal. Hay otras cartas, pero esas dos son las más visibles y por ende posibles. Veremos qué pasa en los próximos meses. Yo tengo mi propio pronóstico, pero por ahora me lo reservo.

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