A tu memoria, Gilberto Gmez Maza

A cinco años de la desaparición física del destacado pediatra y líder de izquierda, uno de sus hijos le dedica estas sentidas líneas

Ernesto Gómez Pananá

[dropcap]T[/dropcap]e fuiste en el 2010. Tu cuerpo cansado ya no pudo más y te dormiste. Me quedé con tu ausencia, y con mis preguntas. Las de entonces, las de después y las de ahora.
Fuiste la piedra de toque a la que acudía para completar argumentos, para ajustar rumbo y refrendar percepciones. Hoy, que ya no estás, trato de imaginar tu lectura ante una realidad que es igual, sino que incluso algunas cosas están peor.
Qué pensarías de esta tierra que tanto amaste y que hoy es verde en sus banquetas, sus bardas y sus bancas escolares.
Qué pensarías de un gobierno que ha hecho de la propaganda obsesión y de la publicidad oficio.
Qué pensarías de los derechos humanos, del derecho al trabajo y del respeto, cuando en público se abofetean rostros y dignidades.
Qué pensarías de un partido que vive y razona todo en lógica de campaña y que entiende el ejercicio de gobierno sólo como espacio para arrasar con los votos, engañar a la gente y llevarse dinero a los bolsillos.
Qué pensarías de una izquierda fraccionada nuevamente en mil corrientes y franquicias, de un PRD agonizante y huérfano, que vive la peor crisis de su historia, lejos de ideales y anhelos pero también lejos de los grandes números que el pragmatismo electoral prometía.
Qué pensarías de un PRD en Chiapas, que al empezar a ser gobierno, justo hace ya quince años, inició el camino de una autoaniquilación gradual y silenciosa que hoy lo tiene al límite de la extinción; de un PRD que se construyó sobre la memoria de Agustín, Andulio o Sebastián pero del que hoy queda tan poco o del que tal vez ya no queda nada.
Qué pensarías de una elección en la que de lo último que se habla de planes de gobierno mientras se calculan los pesos a invertir y más aún, los millones a ganar al llegar al puesto, cual si servir fuera negocio, antes que honor y privilegio.
Qué pensarías del acarreo, el amedrentamiento, la compra de votos y conciencias y el descaro con el que hoy vemos todo esto que creíamos superado.
Qué pensarías al ver que nuestros gobernantes parecen no aprender, pues repiten los errores, repiten los excesos y repiten los engaños, solo que hoy con más cinismo y arrogancia y sobre todo, con muchos más recursos.
Qué pensarías de ver que cómo se lucra con el hambre y la miseria y que al final, la justicia no llega y no hay mañana para miles de paisanos.
Qué pensarías de ver que quienes levantaron la voz hace veinte años demandando justicia, hoy sirven nada más para decorar bodas y seguir bordando guayaberas.
Qué pensarías de un PRI, digno, de época imponente que hoy se reduce a apéndice verde al que tienen sometido.
Qué pensarías del primer video, del segundo video, de los videos que falten y peor aún, de todos los actos ilícitos de los que no hay video ni evidencia, pero que a la luz de los millones de pesos que se gastan, es claro que están y que provienen de algún sitio.
Qué pensarías de esta generación de jóvenes que entienden la política como espacio para el enriquecimiento, el reparto de migajas y el engaño convertido en propaganda.
Qué pensarías de ver a quince mil tuxtlecos salir de su letargo y caminar en silencio, su deseo de ser tomados en cuenta en los asuntos que se pagan con dinero suyo y de todos.
Qué pensarías de todo lo que ha pasado en México y en Chiapas en estos cinco años en los que ya no estás. De la Casablanca, Ayotzinapa, El Chapo, la Chikungunya, el crecimiento en la pobreza y el nuevo aeropuerto.
Seguro dirías que aún hay y siempre habrá esperanza.
Seguro continuarías empeñado en cambiar las cosas que te parecían injustas.
Seguro dirías que hay que entender esta transformación como algo muy profundo y lento, que no dará frutos mañana pero que no por ello hay que cejar.
Seguro propondrías que sigamos caminando por mundo donde quepan muchos mundos.
Y así lo haremos Gilberto. Sigamos caminando.

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