Adolescentes embarazadas, vulnerables a la violencia

Pese que en el país se busca que los embarazos no planificados disminuyan, las políticas públicas en la materia siguen fallando

Lucero Natarén / Aquínoticias

Hablar de sexualidad con los adolescentes no ha logrado que los altos índices de embarazos no planificados disminuyan. Hasta 2018, la tasa de embarazos es de 70.6 por ciento por cada mil adolescentes que han tenido un hijo nacido vivo, en promedio, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Desde 2013, se ha revelado que los embarazos de niñas entre 12 y 14 años ha traído consigo un grave problema de violencia y coerción por parte de sus parejas y de sus familiares. Esto evidencia la edad de los progenitores. Sólo 0.8 por ciento eran de la misma edad de la niña.
Entre 2013 y 2016 aumentó ligeramente de 3.2 a 3.55 nacimientos por cada mil, pero nuevamente, en Chiapas rebasan el indicador con 5.42 por ciento.
En la entidad esta problemática impera en su mayoría en comunidades, por lo que a las niñas las condicionan a dejar sus estudios por convertirse en madres de familia. Desde el embarazo sus parejas las obligan a no continuar con sus estudios, esto para atender la casa y enfocarse en el cuidado de otro pequeño.
Las instituciones de salud consideran que algo no se está haciendo bien. Determinan, es necesario fortalecer las políticas públicas en materia. Según las proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo) el indicador bajaran sólo 25 por ciento; de una tasa de 70.6 en 2018 pasará a 57.1 en 2050.
La especialista Raffaela Schiavon exdirectora de IPAS, grupo promotor de los derechos sexuales y reproductivos, llamó la atención sobre la problemática de las niñas que tienen entre 12 y 14 años de edad y son madres.
Schiavon refirió que, la estrategia nacional de prevención del embarazo adolescente que están implementando es la del gobierno anterior, por lo que el reto es eliminar los embarazos en niñas menores de 14 años e impulsar acciones como mantener a las niñas en las escuelas. No obstante, también los padres deben influir en la educación de las pequeñas.

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