Al Son del texto / Tina Rodriguez

Pues los tres principales partidos políticos se aprestan a estrenar nueva dirigencia. PAN y PRI lo harán por el término de los períodos para los que fueron electos y el PRD pues obligado por las circunstancias que van desde el caso Guerrero, y hasta su pobre resultado en las urnas.
El punto es también que estas renovaciones coinciden con la cercanía de la contienda electoral del 2016, donde se renovarán doce entidades, lo que hace ese año lectivo, bastante interesante.
Desde luego que para muchos es un ensayo para medir fuerzas con miras a la contienda presidencial, que se augura según esto cerrada, donde las expectativas de victoria se concentran en obtener hasta un 30 por ciento de los sufragios, pues ni dudar que el abstencionismo va a la alza.
Sin embargo lo obligado es atraer a los que menos creen en los partidos, como lo son los jóvenes; esta generación no sabe nada del institucionalismo a ultranza que privó en los partidos y no se diga en el PRI todo el siglo pasado. Menos con las redes sociales que evitan el trámite de la censura y se aplica a toda libertad expresando sin medir, lo que piensan sobre política y políticos.
Y es que la verdad entre ésta generación y la clase política vigente hay una distancia enorme que, vio el PVEM pero que no logró administrar pues cayó en métodos que le han ganado mucha animadversión, precisamente entre jóvenes que ya no quieren imposiciones y compra de votos y demás métodos multi criticados.
Es decir que los que queden de nuevos dirigentes están obligados a trabajar en la necesidad de mostrar que los partidos políticos siguen siendo la alternativa para el electorado, y que se puede seguir confiando en ellos para que marquen el rumbo de un país que ya reclama respuestas creíbles, palpables, y que no se le ha dado.
Para muchos analistas los partidos políticos se encuentran a la baja y corren el riesgo de que la elección presidencial de 2018, sea la última en que un candidato militante obtenga la victoria, sino es que aparece un «independiente» que atraiga a las masas no votantes, es decir, ese abstencionismo que es la mayoría según se vio en éste año en que votó solo el 48 por ciento del listado nominal.
Ni negar que mediante tanto escándalo incluso morbosos, los partidos políticos –y sus propuestas- han perdido credibilidad, sin importar la ideología que profesen; la respuesta en las urnas así lo manifiesta y parece no preocuparles a los que se van, pero sí debe ser compromiso para los que llegan a esas dirigencias.
Entonces no se trata de una renovación cualquiera: hay un compromiso en ésta nación que según esto se rige bajo un régimen de partidos.
Los tres nuevos dirigentes tendrán que mostrar cercanía con sus militantes y con los electores potenciales, renovar el trabajo político con las bases, ir a las entidades, no quedarse en sus oficinas climatizadas repartiendo mercedes y privilegios a los cotos de poder, que por lo que se ve ya no sirven de mucho.
La gente no está votando y pareciera que se han quedado obsoletos en sus coberturas y dominios esos caciquismos que para mala fortuna abundan de más en los partidos políticos.
Sí que van a tener «jale» los nuevos dirigentes del PAN, PRI y PRD.

Al Son que me toquen

Los alumnos del tercer cuartrimestre de ciencias de la comunicación de la Universidad Salazar, presentaron ayer una excelente exposición fotográfica bajo el título de Daguerotipia, con un promedio de 130 imágenes, en el Café Piamonte, al norte poniente de la ciudad, frente a la normal rural Matucmatzá.
Felicidades. !!

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