Al Son del texto / Tina Rodriguez

Era de esperarse eso de las llamadas «juanitas» en las alcaldías

La verdad haciendo valer la paridad, se permitió que algunas señoras sin experiencia en la administración pública suplieran a sus esposos en la contienda electoral estatal pasada y la verdad es que no mandan.
Completito el conyugue desde una posición menor o desde fuera del organigrama mismo, es el que determinó la conformación del gabinete municipal y las quejas o señalamientos al respecto fueron un riesgo medido.
Quiero decir que en éste asunto ni negar que va implícito el asunto marital, en municipios en dónde la paridad o cuestión de género son contextos no muy específicos para esos alcaldes y menos para sus señoras.
Ya sé que se van a desgarrar las vestiduras con eso de la capacidad de la mujer, pero en los municipios en dónde se están reportando que los maridos están sobre el cargo de la esposa, pues ni negarlo: Yajalón y Ocotepec.
No podemos decir de Yajalón que es un pueblo olvidado, al margen del desarrollo porque no es cierto, menos de las ideologías y partidismo porque ya ha tenido varias diputadas en su haber, en especial en el sexenio pasado.
Pero diferente es Ocotepec, municipio cuya cabecera municipal en dos mil no tenía ni carretera asfaltada para llegar a su cabecera municipal en la región de Mezcalapa; éste municipio colinda con Francisco León, ese lugar que sepultara el Chinchón y que ya pasó a la historia y sin relevancia.
La cosa es que el caso de las «juanitas» fue moderado: es grave, la verdad, porque no debieron ser las esposas y si mujeres capaces las que sustituyeran a esos ex candidatos sin vergüenza de exhibir de tal manera a sus esposas.

Al Son que me toquen

Dijo el magistrado Rutilio Escandón Cadenas, presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura, que en su gestión la defensa, respeto y promoción de los derechos humanos son un eje principal para la impartición de justicia y el progreso de la institución, porque en 2015 el TSJE intensificó la formación y capacitación a las y los servidores públicos con conocimientos y actitudes que deben tomar para atender al justiciable, con el objetivo de disminuir las prácticas sociales discriminatorias y ofrecer un trato digno con pleno reconocimiento de la equidad de género.
Paso a paso esa policía que empezó desde unas cuantas –llamadas aceleradas en esos tiempos-, hasta a dónde ha llegado.
Da gusto.

 

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