Al Son del texto / Tina Rodriguez

Muy aparte de la resultante del suceso del parque Joyyo Mayu está claro que el cambio de nombre a esos espacios con referencia tradicional, es una prepotencia de los que ostentan el poder.
Imaginen algún día, por megalomanía, ponerle nombre de prócer alguno al parque de la Marimba, aun la estrategia fina de llamarlo «Parque de la Marimba, fulano de tal», como se hace con las referencias a ciudades o estados, sea Tuxtla Gutiérrez y lo extraño que se escucha un nombre autóctono con un apellido europeo, o un Veracruz-Llave, como es el nombre oficial de esa entidad que, a la distancia no nos dice nada, y que solo investigando se entera el interesado que refiere a uno de sus ex gobernantes de nombre Ignacio, y las cosas que hizo para merecer tal reconocimiento.
¿O cómo escucharía un «Chiapas de Domínguez? En alusión de Don Belisario?
La cosa es que esas determinaciones no son consultadas a la base social, y por sobre la opinión pública se otorga nombre nuevo a parque o calle, como ha sucedido siempre, encontrando infinidad de bulevares y avenidas por todo el país que llevan por nombre «Fidel Velásquez» o «Miguel Alemán», que a la distancia ya motivan otras opiniones de las vigentes en su momento en que determinaron esas referencias: gobernaba el PRI.
No gobernaba el PRI en Chiapas cuando se determinó el cambio de nombre de ese parque, en una zona que ya había vivido que le cercenaran sin ningún rubor un icono urbano como lo era la fuente con orejas de conejo, ya incómoda por obstruir la vialidad, y cuya promesa de reubicación por parte del ex gobernador Sabines nunca se cumplió, o se ha cumplido, si es que está contemplada en algún proyecto de urbanización de la ciudad a futuro.
El asunto es que los que aprobaron o criticaron la acción del alcalde Fernando Castellanos Cal y Mayor, coinciden en algo: ese parque se llama Joyyu Mayu, y puede que quede de referencia para que en lo futuro no se cometa el mismo error de cambiar el nombre popular de un espacio público, por quien sea de la preferencia del gobernante en turno.

Al Son que me toquen…

¿Qué le puede importar a Bailléres lo que digan de él?
Ya tiene una medalla significativa del Senado, uno de los poderes del Congreso Federal, otorgada a personajes de la vida intelectual, sean artistas, periodistas, científicos, creadores y políticos.
Para muchos de esas corrientes degradaron la medalla de referencia al entregarla a un empresario, y que nadie se sorprenda que en algún momento sea rechazada como ha sucedido con otros tantos galardones incluso a nivel mundial.
Ciertamente en éste país hay una tendencia a considerar que el rico no es merecedor de reconocimientos, sea por el cómo le paga a sus empleados, por hacer lo necesario para evadir el fisco, por ser parte de la oligarquía «burguesa» y demás consideraciones populares.

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