Al Son del texto / Tina Rodriguez

Si la idea en medio de los adelantamientos era que más o menos se definiera quien o quienes podrían ser los posibles para la sucesión para 2018 en Chiapas, las cosas las cambió la elección tuxtleca.
Esto porque en el ámbito nacional no se da siquiera la fecha de cumplimiento del tercer año de gobierno federal, y ya hay mencionados para convertirse sino en el siguiente presidente de México, al menos los posibles candidateables y, eso en éste ambiente de arrastrismo que vivimos en fecha post-electoral, es tener presencia y por lo tanto, poder.
Pero la pregunta es ¿Por qué permiten eso los que gobiernan? ¿No que el poder no se comparte? ¿O ya cambió esa perspectiva a cambio de distractores?
Será hasta el primero de diciembre en que se cumplirá el tercer año de gobierno de Enrique Peña Nieto y antes, el primero de septiembre se estrenará lo que será la Legislatura LXIII, que es la que recibiría ese día el tercer informe del estado que guarda el Ejecutivo federal.
Por esas fecha, el 8 de diciembre en el estado de Chiapas se rendirá el tercer informe de gobierno de Manuel Velasco Coello, al igual que en la legislatura federal, habrá nuevo congreso local, y muy aparte de los mencionados ahora –por el PRI, Roberto Albores Gleason; por el PRD, Rutilio Escandón; por el PAN ¿otra vez Paco Rojas?; por el PVEM, Eduardo Ramírez Aguilar y el «independiente» Rómulo Farrera-, las cosas dependerán de las disciplinas, porque como pasa en el ámbito federal, los adelantamientos contaminan los escenarios.
La cosa es que como en la cuestión presidencial, en la estatal los mencionados para la chiapaneca ya se han mostrado bastante, con partidos o sin ellos, y los que faltan.
En el caso federal y priista, el presidente Peña soltó aquello de que «son tiempos de trabajo».
Obvio todos se le quedaron mirando a Manlio Flavio Beltrones, Luis Videgaray, Miguel Osorio Chong por citar algunos del priismo, aunque sabemos que por el PRD se apunta Miguel Angel Mancera, y por Morena, obvio Andrés Manuel López Obrador.
Por el PAN Rafael Moreno Valle y Gustavo Madero son los más sonados, por hablar solo de los partidos con mayor presencia en el país.
Como en Chiapas en que se observa el bajo perfil de los localmente mencionados sobre ese tema, en el DF frenaron –al menos los priistas- en seco. Por mucho descrédito que tenga Peña, es el jefe del ejecutivo pero a la vez, el primer priista de México.
Lo dicen los mismos del tricolor.
Recuerden que fue Vicente Fox Quesada el primero en romper la tradición del tapado, al adelantarse y sacar ventaja a sus adversarios; como panista no tenía que respetar la tradición priista. Dejó atorados a los «institucionales» desde 1997, y cuando quisieron imitarlo ya el fenómeno Fox les sacaba mucha ventaja. Igual fue con Felipe Calderón Hinojosa, quien se «destapó» solo en una reunión en Jalisco, gobernando Francisco Javier Ramírez Acuña, quien luego fue su secretario de gobernación.
Y los priistas aprendieron rápido: Peña Nieto arrancó desde la gubernatura del Estado de México, y ganó contra toda expectativa, pues AMLO ya la sentía en la bolsa.
Tres sexenios después de ese 1997 con Fox, pasa lo mismo: hay adelantados en todos los partidos, incluso en los estados que renuevan en 2018, y Chiapas no es la excepción; se dejan ver aunque en bajo perfil, aprovechando las coyunturas, como la lucha de Paco Rojas, y el ejemplo es la frecuente aparición en ésta del senador perredista Zoé Robledo.

Al Son que me toquen….

Las manifestaciones de repudio en torno al asesinato del fotoperiodista de Proceso, Rubén Espinosa se concentran en cuestionamientos de impunidad en torno a que con su muerte suman ya 125 asesinatos en contra de periodistas desde 2000, y 26 personas más relacionados con trabajadores de medios.
Desde Colima –liderados por el compañero Juan Ramón Negrete-, Ciudad de México, Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Yucatán, Querétaro, y los que se vayan sumando, externan el ¡Ya basta! A esta ola de crímenes en contra de comunicadores, está vez –por enésima vez- relacionado con Veracruz, el estado con mayor incidencia en homicidio a periodistas, y gobernado con incapacidad por Javier Duarte de Ochoa, un orizabeño intolerante cuyo equipo ha demostrado desde su oficina de comunicación animadversión radical a los que opinan mal de un gobierno malo.
La historia ya ha sido muy difundida: el compañero huyó de Xalapa al DF, hará un mes: fue localizado y asesinado con otras cuatro mujeres, una de ellas chiapaneca y activista en la capital de ese estado del golfo, originaria de Comitán, e hija de la estimada poeta Mitra.
Me uno a la protesta, junto con mi organización la Fapermex, cuyo comunicado ya circula en las redes, y cuyos agremiados como los compañeros de los estados arriba mencionados, se van sumando a ésta manifestación de repudio y horror, ante la nulidad de los gobiernos mexicanos, estatales y hasta municipales, para ejercer el periodismo en una nación en tiempos «de paz», y en el cual se matan más periodistas que en conflictivo medio oriente.
Se reitera a un los riesgos: no se calla la verdad matando periodistas; contrariamente se evidencia más la incapacidad, la intolerancia, la falta de democracia, estado de derecho y la inseguridad que se vive en México, con una clase política y gobernante verdaderamente inútil, incapaz, corrupta, viciosa, frívola, demagoga, traidora…Justicia!!!

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *