Alborotado el gallinero / Rodrigo Ramn Aquino

La lista de los colores que encabezarán la alianza PRI-PVEM en cada uno de los municipios de Chiapas (a excepción de Nicolás Ruiz y La Concordia, donde no hay condiciones) que publicó el portal aquinoticias.mx causó un revuelo inusual. Una publicación que se volvió viral en pocas horas.
No es para menos, las elecciones locales son las que más pasión desatan y por las que han venido trabajando desde hace años las estructuras de cada partido y, por qué no decirlo, también numerosos periodistas.
Lo publicado era verdad hasta ese momento. Y justamente de eso trata el periodismo informativo, de registrar el acontecer diario. Hubo quienes dijeron que eran falsas. Nada cierto en ese señalamiento. Las listas aunque no oficiales para nada contenían información errónea. Fue una filtración. Una primicia.
Para algunos fue oxígeno puro para otros un balde de agua fría. Para los dirigentes un problema en cuanto a reclamos y cuestionamientos. Para el grueso de los chiapanecos apartidistas, nada.
Lo cierto es que la alianza va les guste o no. No habrá lucha por el poder entre el verde y el rojo: irán juntos. Y eso mata la aspiración de la mitad de los suspirantes. La decisión está tomada y se las irán dosificando mediante un proceso interno que sólo validará a los palomeados (con algunas ligeras variantes en las fórmulas por la suma a la alianza del Panal y el Partido Chiapas Unido, pequeños ajustes que no pasarán de 20 municipios).
Mientras tanto, y aunque todo mundo sabe y da por cierto que en Tuxtla Gutiérrez, la joya de la corona electoral, irá Fernando Castellanos encabezando la alianza PRI-PVEM-PANAL-ChiapasUnido, él se registró a un proceso interno, junto a Malena Torres Abarca, para elegir candidato. Es la pantomima, pero tienen que jugar el juego. Así, pues, los priístas.

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