Alejandra Peralta: La politica es para que seamos felices todos

La única mujer que compite por la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez ofrece un gobierno basado en los derechos humanos, la transparencia, rendición de cuentas y la revocación de mandato

Rodrigo Ramón Aquino

Hasta hace diez años, Alejandra Peralta Velasco se había dedicado prácticamente al hogar. Al concluir su matrimonio, cuyo fruto son dos hijas y un niño, fue momento de aplicar lo aprendido en la Licenciatura de Diseño Gráfico, de la cual se graduó. En poco tiempo se dio cuenta de las circunstancias adversas a las que se enfrentan las mujeres que deben jugar el doble rol de madres y trabajadoras.
«Me divorcié hace diez años y lo que fue una experiencia difícil me dio la oportunidad, como a muchas mujeres, de pasar de lo privado a lo público. Fui ama de casa muchos años y lo disfruté, pero empecé a leer y leer te abre la visión del mundo (entre mis autoras favoritas están Ángeles Mastretta y Clarissa Pinkola Estés) y es así como llego a los derechos humanos de las mujeres.»
De esta manera tiene la oportunidad de trabajar en el área de diseño de la Secretaría de Desarrollo Social Federal, luego salta a gobierno del estado como jefa del Departamento de Diseño y Difusión en la Subsecretaría de Economía Social, donde tiene a su cargo diversas campañas de promoción de los derechos de las mujeres, tema con el que se identifica y comienza a apasionar, al grado de que la anterior administración estatal la consideró el mejor perfil para crear y dirigir la Secretaría de Desarrollo y Empoderamiento de las Mujeres.
—¿Cómo te involucras en el partidismo?
—Fíjate que al concluir mis actividades en la función pública, me invitaron a participar a dos partidos distintos. Y la verdad yo dije no, porque creo que los partidos están muy desprestigiados y en ese momento estaba mucho más convencida de ello. «No, yo no quiero pertenecer a eso, porque la política es sucia, corrupta», ya sabes, lo que todos oímos. En fin, di las gracias y no le entré, pero poco después, una amiga, a la que yo quiero, admiro y respeto mucho por ser una mujer inteligente (Claudia Trujillo), me invita a Movimiento Ciudadano.
—¿Y bueno qué de distinto hallaste en ese partido?
—Ni siquiera me asomé a los demás, pero en Movimiento Ciudadano encontré hombres y mujeres libres, que no están casados con ciertas cosas que para mí son cuadradas, porque todo el tiempo la sociedad está cambiando y no puedes estar cerrado y tienes que ir actualizándote. Entonces, a mí me gusta que te permiten llevar la voz ciudadana; además me encuentro con que no tengo que ser hija o nieta de un político para participar y la prueba es esto: a un año y medio de haber empezado en Movimiento Ciudadano como vicecoordinadora nacional de mujeres del partido me están dando la oportunidad de ser candidata a la presidencia municipal de la capital del estado.
—¿Qué representa para ti ser la única mujer contendiendo por la alcaldía capitalina?
—Me llena de entusiasmo poder abrir brecha para que las mujeres ocupemos estos espacios, por el momento como candidata, pero tú lo ves, soy la única, y a mí qué más gusto me daría que por lo menos compitiéramos la mitad de mujeres por el mismo puesto. Esta candidatura representa para mí una conquista de las mujeres que han caminado antes que yo y que gracias a ellas, las que han padecido tanto y han logrado conquistas, hoy tenemos estas oportunidades. Tengo mucho que agradecer y creo que lo menos que puedo hacer en este momento, como un compromiso generacional, es ocupar estos espacios, porque no los podemos desperdiciar.
—¿No te da miedo ser política?
—Estoy aterrada. A mí me da mucho miedo, porque se oyen cosas de la violencia que hay en la política, de los acuerdos en lo oscurito y las negociaciones. Estoy aprendiendo, pero no me gusta cómo se hace política. Me considero una mujer ciudadana libre que está aprendiendo a hacer una forma distinta de política. Me gusta la política de a de veras. Creo que se nos olvidó que la política es para que seamos felices todos. Entonces, no quiero ser política como lo que se estila ahora, estoy cansada de eso. Yo quiero hacer una política de ciudadanos para que juntos cambiemos las cosas.

Soy una buena opción

Alejandra Peralta también ve su candidatura como una invitación a mantener la esperanza de que las cosas pueden cambiar. De que el hartazgo y el rechazo ciudadano por la clase política —que ahora padece al recorrer las calles o al visitar los hogares tuxtlecos— pueden ser aprovechados y canalizados en la búsqueda real de soluciones.
«Soy una buena opción. Movimiento ciudadanos es una buena opción. Yo lo único que pido es que abran un poquito este rechazo natural que hay para escuchar cómo lo estamos haciendo. Déjame decirte que a nivel nacional tenemos muy buenos ejemplos. En Tlajomulco, Jalisco, fuimos durante todo el tiempo que estuvimos gobernando el municipio con el primer lugar nacional en transparencia y rendición de cuentas y este mismo modelo lo estamos replicando en todo el país.»
—Hay un mundo de distancia entre la realidad de Jalisco y la de Chiapas, como seguramente estás consciente, ¿es posible, entonces, este tipo de política que vislumbras?
—Sé que en nuestro estado es más difícil. Que tenemos un índice de pobreza y marginación de los más altos de México, y eso hace más complicado que las personas puedan tomar decisiones lejos de solucionar su día hoy. O sea, si tú vienes y ofreces una despensa, por supuesto, que la van a tomar y van a hacer lo que tú le pidas con tal de que se la des. Entonces ahí hay que entrarle todos, no va poder solucionarlo una sola persona ni un solo partido, pero mientras nos involucremos todos, entonces caminamos juntos.
—¿Con qué propuestas buscas recuperar la confianza ciudadana?
—Bueno, fíjate que por mi formación e ideología en derechos humanos, yo creo que el municipio es la célula más cercana a los ciudadanos y ciudadanas y yo veo al municipio como nuestra casa grande. Aquí estamos todos y si se fundió un foco y si hay una alcantarilla que no sirve y si la calle tiene un hoyo y si sucedió algo que hay que poner en orden, hay que hacerlo como en nuestra casa. Por eso yo estoy basando mis propuestas de campaña en los derechos humanos: yo te voy a garantizar a ti el derecho que tienes a una vida segura, a poder disfrutar de los espacios públicos, a la cultura y al trabajo digno. Reducir lo engorroso de los trámites para inversiones, para que ya no haya fuga de capitales y, finalmente, impulsar la revocación de mandato. Si a mitad de mi gestión no estoy haciendo bien las cosas, yo me voy a mi casa y le doy la oportunidad a quien sí pueda. Ofrezco política de resultados y de evaluación continua de la ciudadanía.
—¿Crees tener posibilidades reales de competencia con Movimiento Ciudadano?
—Así como está la situación y lo que acabamos de ver en la contienda federal, es muy difícil. Tristemente vivimos una elección de Estado, y lo digo porque así fue y cualquiera se da cuenta. A mí me da mucha pena que en otros estados nos estén observando y digan «bueno y por qué no hacen nada los ciudadanos». Por tanto, creo que es muy difícil pero no imposible. Lo hemos visto en otros lugares y yo no creo que Tuxtla deba quedarse rezagado. Yo creo que las cosas se pueden dar si participamos. Que no nos manipulen, que no nos metan miedo, que no nos impidan ejercer nuestra voluntad. Es difícil, por supuesto que es difícil, no soy ingenua, pero si no empezamos ahora, cuándo. Por eso yo voy a hacer una campaña digna, cercana a la gente; los voy a escuchar y construir con ellos.
Finalmente, la candidata naranja invitó a la ciudadanía a votar, a ejercer plenamente su voluntad, porque así como están las reglas hoy, el abstencionismo y el voto nulo no ayudan mucho. Que se informen, que valoren el perfil de los candidatos más allá de los partidos políticos.

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