Amurallada y depredadora, la ZEE en Puerto Chiapas

Las empresas que se instalen en la Zona Económica Especial no pagarán impuestos y tampoco lo harán por el uso, goce o aprovechamiento de bienes del dominio público de la Federación, lo que significará disminuir los ingresos públicos que podrían ser destinados a educación y salud. Se acrecentará la pobreza y encarecerá la vida de la región, advierte la asociación civil Otros Mundos

Portavoz Staff

[dropcap]U[/dropcap]na gran ciudad amurallada y depredadora es de lo que se trata la Zona Económica Especial (ZEE) de Puerto Chiapas. Habrá despojos a favor de transnacionales, con efectos severos sobre el medio ambiente que perjudicarán, sobre todo, a la reserva de la biósfera «La Encrucijada», así lo sostiene la asociación civil social Otros Mundos.
De acuerdo con el investigador de este organismo, Gustavo Castro Soto, han corroborado la política de hurto detrás de la ZEE en detrimento de los productores campesinos pues se pretende entregar sus territorios ejidales a las corporaciones.
Según el análisis publicado por el investigador, la puesta en marcha de este proyecto acelerará la extracción de bienes comunes de la región y fortalecerá la instalación de lo que los pueblos denominan proyectos «de muerte» que están relacionados con planes mineros, represas, gasoductos, así como los monocultivos de palma de aceite.
Se pondrá en marcha «todo lo necesario para alimentar de insumos a esta especie de ciudad «amurallada» o «país» dentro del país», describió el activista.
Es ambicioso incluso en su tamaño, que de acuerdo con la investigación emprendida por Otros Mundos, es dos veces más grande que la ciudad de San Cristóbal de Las Casas y 1.5 veces más grande que la ciudad de Tapachula. Al menos 20 municipios del estado son de menor extensión territorial que la Zona Económica Especial de Puerto Chiapas.
«Las empresas que se instalen en la ZEE no pagarán impuestos y tampoco lo hará por el uso, goce o aprovechamiento de bienes públicos de la Federación, lo que significará disminuir los ingresos públicos que podrían ser destinados a educación, salud, entre otros rubros. Se acrecentará la pobreza y encarecerá la vida de la región.
«Su operación implicará un exceso de consumo de energía pero, además, de agua que la competirá con las comunidades y la región aledaña. Sus residuos sólidos y líquidos pondrán en crisis no sólo la actividad pesquera local, sino a la reserva La Encrucijada que pretende proteger el bosque de manglar», advirtió el especialista.

Riesgo ambiental

Alerta acerca del peligro de los «estímulos fiscales» para atraer inversionistas que, aunque se ha dicho servirán para fortalecer el encadenamiento productivo y potenciar la derrama tanto económica como tecnológica de la región, mediante políticas complementarias, la realidad es que permitirán que sea territorio liberado a las empresas trasnacionales.
«Tendrán un paraíso fiscal y su propio régimen aduanal. La población mexicana subsidiará esta especie de supuesto «desarrollo» para que las corporaciones trasnacionales se enriquezcan más. No pagarán impuestos por importar ni exportar; podrán recibir descuentos fiscales si capacitan a los trabajadores y podrán acceder a los insumos de la región como esponjas que absorberán los recursos locales para añadirles valor y hacer grandes negocios», explicó Castro.
Asimismo, en su análisis del decreto destaca que, aunque se insiste en que la ZEE en Chiapas es un «proyecto ambientalmente viable», y que considera «medidas de mitigación que deban realizarse para prevenir, reducir o compensar los impactos ambientales» que podrían ocasionarse, más adelante el Dictamen de viabilidad establece que «incluye 8 mil 216-51 hectáreas (ocho mil 216 hectáreas, 51 áreas) sin restricciones ambientales, de uso de suelo o de otra índole».

Área de influencia y militares

Castro Soto halló que, si bien se ha aclarado que el área oficial de influencia abarca siete municipios: Tapachula, Tuxtla Chico, Metapa, Frontera Hidalgo, Suchiate, Mazatán y Huehuetán, la verdad es que va más allá.
Colinda con otras cinco demarcaciones: Motozintla, Cacahoatán, Frontera Hidalgo, Suchiate, y Tuzantán; así como con el Océano Pacífico, la República de Guatemala, con el Puerto Chiapas y el Agroparque.
«El impacto también se extiende hacia la biodiversidad de la Sierra Madre y su producción de café, a las reservas «La Encrucijada» y «El Triunfo»; a las minas de oro de Motozintla, Siltepec o las de barita en Chicomuselo o de titanio en Acacoyahua», se lee en su publicación.
A este proyecto se circunscriben el agroparque y Puerto Chiapas. Aunque este último no estará considerado como parte del polígono de la ZEE, será entrada y salida de bienes destinados a ésta (de embarcaciones de carga y transbordo de personas, tierra u otros modos de transporte).
Las resistencias de la comunidad, así como por situarse estratégicamente en la frontera, son los pretextos ideales para militarizar la zona. De hecho, ya se proyecta la construcción del cuartel militar en Chicomuselo. Por su parte, Otros Mundos advierte que tanto la ZEE, como el agroparque y Puerto Chiapas estarán bajo custodia de la 36 Zona Militar de Tapachula, la Comandancia del Sector Naval Militar de Chiapas y la Comandancia del Grupo Asiechis de Infantería, adicionales a los «muchos batallones y controles militares de la región».

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