Tras su incidente con la Asamblea Popular del pueblo de San Pedro Chenalhó, que derivó en la renuncia de la exacaldesa Rosa Pérez, el presidente del Congreso del Estado, Eduardo Ramírez Aguilar, dijo en conferencia de prensa de hace unos momentos, que hay que analizar la posibilidad de inhibir la participación de partidos políticos en esa comunidad, al igual que en otras comunidades con características similares, hasta que se recomponga el tejido social.
Su propuesta, completamente contraria a lo expuesto antes del «Chenalhazo», cuando decía que había que sostener a las autoridades electas constitucionalmente (postura que –hay que decirlo– sostuvo durando poco más de dos meses de conflicto), responde al convencimiento de que Chiapas es muchas realidades y que los modelos occidentales de administrar el poder no sólo no están funcionando en estas localidades sino trastocan el orden y las formas de interacción social tradicionales.
Dijo que aunque su presentación en el pueblo fue «ríspida», personalmente no se siente agraviado por el pueblo, pues comprende los usos y costumbres, pero reconoció que se llegaron a momentos tensos en los que el convencimiento en la permanencia y no agotamiento de dialogo fue determinante para evitar un desenlace «devastador».
La nueva autoridad tendrá todo nuestro respaldo, dijo, y el tema de la no participación de entes partidistas en municipios bien puede ser discutido en el último foro constitucional. La autonomía de los pueblos está ya obligadamente en la agenda legislativa de Chiapas.
Ágora
¿Por qué el presidente del Congreso de Chiapas plantearía discutir la posibilidad de la no intervención de entes partidarios en los proceso de elección de autoridades en aquellos lugares donde la toma de decisiones se lleva a cabo mediante usos y costumbres?
Sí, el miedo no anda en burro. Sí, fueron 18 horas de discusión en una asamblea popular en medio de una plaza pública. Sí, el calor de una multitud dispuesta hacer cumplir su voluntad a como dé lugar, puede invitar a la reflexión.
Recordemos que los mexicanos optamos por la Federación como forma de administrar el territorio nacional. Esto quiere decir que México es conformado por estados soberanos e independientes, unidos por voluntad propia y cuyas condiciones de alianza se hallan en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Chiapas, como estado soberano, tiene, por tanto, su propio Congreso, que forma parte consustancial de la organización interna de la entidad. Este congreso estatal tiene plena libertad para organizarse y para emitir las leyes que mejor se adecuen a la historia, naturaleza y circunstancias locales.
La LXVI Legislatura de Chiapas puede emitir las leyes que desee, siempre y cuando éstas respondan al funcionamiento interno del estado y no contradigan, bajo ninguna circunstancia, las leyes federales o Ley General.
Queda pendiente el último foro para la Reforma Constitucional de Chiapas. Es una muy buena oportunidad para poner el tema en la mesa. No es fácil pero tampoco imposible.
Corrillo
DE CARLOS PENAGOS VARGAS: «De manera personal, agradezco a ustedes amigos y familiares, y a todas las personas que estuvieron pendientes y preocupados por los hechos ocurridos. Sus atenciones y cada uno de sus mensajes por estas redes, así como sus oraciones, han sido de gran apoyo y soporte para mi familia y para mi. Les comparto que en estos momentos ya me encuentro en casa, a lado de mis hijos, de mi esposa y familia, mas tranquilo. De todo corazón, muchas gracias por estas muestras de aprecio y solidaridad, para conmigo y mis compañeros.»
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