Bonampak, en serio riesgo por sismos: INAH

Es urgente realizar nuevos sondeos con georradar, entre otros aparatos, para saber con exactitud cómo está construido el templo que resguarda los hermosos murales

Mónica Mateos-Vega, Israel Dávila y Silvia Chávez
[dropcap]A[/dropcap]nte los sismos que con frecuencia ocurren en la región de la selva Lacandona, donde se encuentra la zona arqueológica maya de Bonampak, el templo que resguarda los hermosos murales de esa civilización pintados hace más de mil años «se comporta como si fuera un castillo de naipes».
Por tal motivo, es urgente realizar nuevos sondeos con georradar, entre otros aparatos, para saber con exactitud cómo está construido, «pues aún no lo sabemos ni los geofísicos ni los ingenieros civiles ni los arqueólogos. Tenemos una estructura cuyo conocimiento es lo que vemos, pero no sabemos cómo se erige estructuralmente», señala José Ortega, responsable del laboratorio de geofísica del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El especialista explica que es muy probable que dentro del edificio prehispánico existan varias etapas constructivas, lo cual provoca que el cuerpo general se debilite con movimientos telúricos.
No obstante, «con la tecnología que tenemos podríamos hacer un sondeo a 20 metros de profundidad, complementándolo con tomografías de resistividad eléctrica, lo cual nos permitiría ver todo el interior; técnicamente es posible».

Falla tectónica de Motagua
El llamado templo de las pinturas, añade Ortega, es un cuerpo independiente del cerro donde se asienta, «podríamos decir que es una estructura de rocas que bailan, pues por el tipo de construcción maya no hay castillos ni cimientos. Guarda el equilibrio casi por gravedad y por la geometría de sus bóvedas que hacen que, desde el punto de vista de la ingeniería, la distribución de sus esfuerzos sea homogénea. Presenta una inestabilidad estable, por decirlo de alguna manera».
La falla tectónica de Motagua que se ubica al sur de Chiapas, en Guatemala, es la responsable de algunas afectaciones sísmicas sobre Bonampak, la más severa ocurrió en 2005, provocando una grieta en uno de los cuartos de murales.
En septiembre de 2009, el equipo de Ortega realizó estudios con georradar para determinar las características de esa fractura; se necesitaba saber si atravesaba el muro o era superficial.
«Aprovechamos para sondear el subsuelo, dentro y fuera de los cuartos. En la habitación dos, donde está el mural de la guerra, encontramos en el piso una anomalía muy grande que reportamos a las coordinaciones nacionales de Arqueología y de Conservación.
«Estábamos convencidos de que correspondía a una oquedad y era importante saber de qué se trataba, porque una oquedad produce inestabilidad. Sin embargo, posteriormente supimos, por una nota periodística (publicada en La Jornada, 8/01/10), que se hicieron investigaciones y se halló una tumba, pero hasta la fecha no nos han compartido información acerca de las características físicas de la misma, lo cual sería importante para enriquecer posteriores estudios de geofísica en zonas arqueológicas», dice el especialista.

Ninguna intervención drástica
Desde el punto de vista profesional y ético, reitera José Ortega, «sería importantísimo repetir en Bonampak los estudios geofísicos no invasivos que se hicieron en 2009, sobre todo porque ahora contamos con mejores equipos que nos proporcionan resultados más finos.
«Por suerte, los sondeos que hicimos hace cinco años en los alrededores del templo de los murales nos ayudaron a identificar que los rellenos no son homogéneos; entonces, al haber un movimiento sísmico, el comportamiento del cuerpo es diferente en varios sectores, lo cual, en caso de un temblor fuerte, puede provocar nuevas rupturas.
«Con un estudio más fino se podrían tomar decisiones, como elegir qué áreas se deben apuntalar o reforzar. Desde el punto de vista ingenieril, si se tratara de un edificio contemporáneo no hay ningún problema al haber fracturas, simplemente se les inyecta cemento y lo que hay en el subsuelo no tiene mucho interés, pero aquí estamos hablando del patrimonio cultural.
«Se debe tener sensibilidad al respecto: es un edificio prehispánico, donde con cuidado hay que mantenerlo sin hacer una intervención drástica.
«La grieta fue reparada, es cierto, pero no estamos seguros de que no resurgirá si ocurre otro sismo fuerte mientras no conozcamos a fondo la estructura del templo, sólo entonces se podrá tener control. Ese uno de los trabajos inmediatos y necesarios que requiere la zona arqueológica de Bonampak.»
(Este texto fue publicado originalmente en La Jornada)

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