Cambio Climatico y Glasgow / Claudia Corichi

Todo el año hemos leído, visto o escuchado de situaciones atípicas que han derivado en crisis en diversas partes del mundo, calor extremo, inundaciones, incendios, granizo, sequía, heladas, etcétera. Creo que el tema que todas y todos debemos empezar a plantearnos diariamente es ¿qué vamos a hacer para contrarrestar el cambio climático?

La COP 26 inicia esta semana, el 31 de octubre y culminará el 12 de noviembre, tras 13 días de conferencias y arduas negociaciones en la materia. Este es uno de los eventos más relevantes ya que, el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC) indica que a este ritmo que no se alcanzarán los objetivos del Acuerdo de París, de hecho, se considera que en 20 años habremos superado 1.5°C de aumento de temperatura global.

En Glasgow (sede de la COP 26) se tomarán decisiones para corregir la ruta que, según los expertos, pronostica el incremento acelerado de desastres naturales diferenciados de acuerdo con la región geográfica. Con +1.5°C se pronostican más olas de calor y estaciones frías más cortas, mientras que con +2°C las condiciones serán críticas para las actividades agrícolas, para la subsistencia de los ecosistemas y, por supuesto, para la salud humana. Es momento de hacernos a la idea de que nosotros también estamos en peligro de extinción, esta pandemia es ejemplo de la gravedad de las consecuencias de afectar a los ecosistemas.

Ya no podemos apegarnos al discurso de pensar en un futuro mejor para otras generaciones; si acaso en uno menos malo. El Cambio Climático está aquí y sus efectos permean nuestra cotidianeidad. Si, como humanidad, logramos revertir los daños, recortando 50% las emisiones de gases de efecto invernadero, tardaremos de 20 a 30 años en consolidar estabilidad en la temperatura global, según el IPCC.

Es un hecho que la actividad humana impacta en la concentración de CO2 y gases de efecto invernadero, y que ha propiciado el alza de la temperatura global, abonando a la incidencia de desastres naturales como la ola de huracanes que azota a Centroamérica o la agudización de incendios forestales que hemos vivido en los últimos años. Como resultado, además de cuantiosas pérdidas económicas, el desequilibrio en los ecosistemas, la propagación de enfermedades, la carencia de recursos, también hay desempleo, desplazamiento y hambre.

Una sola convención, tratado o acuerdo no nos va a salvar, pero el trabajo coordinado entre diversos organismos internacionales (Salud, Derechos Humanos, Medio Ambiente, Mujeres, Población, …) trabajando estratégicamente con gobiernos y sociedad civil sí podrían hacer el cambio. Veremos el rumbo que toma la administración Biden y si Estados Unidos, uno de los países que más genera emisiones, así como China, Rusia y la India, (y sus líderes) se comprometen formalmente en este asunto crucial para definir el futuro cercano de la humanidad.

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