Cercados: entre la intolerancia y la desesperanza

En medio de un tórrido sol, más de 4 mil 500 centroamericanos se abalanzaron al recinto migratorio mexicano, pero ya los esperaban más de 500 elementos de la policía federal. El caos inició. Gases lagrimógenos volaron y hasta «chimbas» (armas hechizas) fueron detonadas. El miedo, la desesperación y el lloro camparon en medio de la caravana migrante. Se habla de darles ayuda humanitaria a quienes de manera legal puedan estar en nuestro país, los demás tienen el futuro incierto

Texto: Darinel Zacarías
Fotografías: Brandon Ramírez/Elías Villacinda

[dropcap]E[/dropcap]n medio de un tórrido sol, más de 4 mil 500 centroamericanos que conforman la caravana procedente de Honduras, cercaron las principales arterias paralelas al recinto migratorio ubicado en la municipalidad de Tecún Umán, Guatemala.


Entre ellos imperaba la desesperación, el calor y el caos comenzó al romper las compuertas de seguridad y sobrepasar las barricadas de elementos de la Policía Nacional Civil.
Una estampida de migrantes; mujeres, niños, jóvenes y adultos mayores. La principal vía de acceso que deseaban cruzar era la del lado mexicano.


La aglomeración humana se abalanzó nuevamente al segundo blanco en turno: el recinto migratorio mexicano. Pero ya los esperaban más de 500 elementos de la policía federal.


La caravana migrante iba encrespada, días y noches de hambre, agua, sol y el cansancio físico ya era inaguantable. Azuzados por una cuadrilla de hombres, trataron de romper el cerco policial mexicano, esta vez el intento, falló.


Su imprudencia sólo provocó que los uniformados mexicanos activaran bombas de gas lacrimógeno, que el equipo antimotines se les abalanzara.


El caos se apoderó del escenario y comenzó un estruendo humano. Golpes, gas lacrimógeno esparcido contra los migrantes, piedras, palos e inclusive algunos pandilleros coludidos, activaron «chimbas» (armas hechizas).
Bajo la expresión ¡somos hondureños, no somos traficantes, somos inmigrantes! Empezaron a replegarse, el cuerpo de policías antimotines los cercaron e impidieron su acceso a territorio de México.


Luego del replegó los migrantes de nacionalidad hondureña, nicaragüense, guatemalteca, salvadoreña y haitiana quedaron encapsulados por los cuerpos de seguridad chapina y mexicana.
Quienes venían sin documentación migratoria y con antecedentes penales, empezaron a lanzarse desde el puente internacional Rodolfo Robles hacia el afluente del rio Suchiate, donde otros connacionales ya los esperaban con balsas y lazos.

Las autoridades migratorias de México a través de los mandos de la Policía Federal informaron que de manera ordenada habría atención médica, aseo personal y alimento para mujeres y niños principalmente, en los albergues habilitados.
El tema es hermético. Se han formado comisiones donde participan autoridades migratorias, de seguridad y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, se habla de darles ayuda humanitaria a quienes de manera legal puedan estar en nuestro país.
Por otra parte, se presume que serán estudiados cada uno de los casos, para iniciar con el procedimiento que les permita su estadía en calidad de refugiados.
Asimismo, se habla de la posibilidad de gestionar un salvoconducto que les permita seguir su travesía hacia el sueño americano. Pese a la serie de teorías, ninguna autoridad sale a precisar la información.


Por lo pronto, y a pesar de la amenaza que tienen los «Cartoneros» (líderes de los balseros) de no pasar a integrantes de la caravana, parece que han comenzado en la tarde-noche a operar el tráfico de personas a través del rio.
La cuota: 100 quetzales. Oportunismo y negocio impera, los pasos ciegos bajo la clandestinidad de la lluvia y la noche, cobran mayor fama: Coyote, Armadillo, Limón y demás pasadizos.
Por ahora, los integrantes de la caravana, parece que tendrán que reivindicar su actuar y postergar su sueño. Por ahora, se esparcen y esperan que las aguas se calmen, literalmente.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *