Chiapas, estado sin derechos / Hermes Chavez

Juan Carlos Gómez Aranda, actual secretario de Gobierno de Chiapas, no es ningún improvisado. Entre otras funciones que realizado en su vida política «destaca» su participación como representante de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) en tres ocasiones. Ha estado muy cercano a infinidad de figuras como Carlos Hank González, de quien fue secretario particular cuando se levantó en armas el Ejército (patito) Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), sólo por citar un ejemplo.
Se ha codeado, rozado, embadurnado, con la élite del poder. Conoce (o al menos eso pensaría uno) todos los problemas de fondo que aquejan a Chiapas. Podríamos suponer que se sabe al derecho y al revés la definición de gobernabilidad.
Sin embargo, este miércoles dio los mismos resultados que los de su participación en la Cocopa: completamente nulos.
Realmente ya no es posible, ya no es humano, y mucho menos creíble, que una turba de vándalos, malvivientes, saqueadores e imbéciles chamacos de ambos géneros asalten no sólo instalaciones oficiales con total impunidad y libertad, sino secuestren también al pueblo chiapaneco.
Gómez Aranda está siguiendo los mismos pasos de Eduardo Ramírez Aguilar: cierra los ojos como si no pasara nada. Afortunadamente (por decirlo de alguna manera) el segundo de Manuel Velasco en esta ocasión no se desentenderá de la gobernabilidad del estado, al menos no por estar husmeando y metiendo las manos en el proceso electoral, a no ser que aspire a la grande.
Realmente ya es insoportable que todos los días se bloqueen calles (además de los obligados por las obras públicas estatales y ¿municipales? Interminables, mal hechas y peor planeadas) por minorías inconformes, que se tomen casetas para que cualquier hijo de… vecino se hinche las bolsas bajo banderas sociales.
Al parecer, los únicos que no se dan cuenta que Chiapas está ardiendo son los funcionarios del gobierno estatal, quienes predican que todo está de maravilla, como si en otra dimensión viviesen, cuando la realidad es cruda y dolorosa para la ciudadanía.
¿Ha dado la cara Juan Carlos Aranda en estos días en que recientemente tomó el destino de las políticas internas del país? Para nada.
Lo patético del asunto es que, de continuar así, este político pueda concluir lo que resta de esta administración, pues entonces ya podemos dar por hecho que el estado continuará de igual manera, sin que la ciudadanía tenga derechos.
Esperemos, pidamos a todos los dioses o demonios conocidos para que la apatía de Aranda sea sólo porque por el momento no quieran confrontarse con ningún sector social y, una vez pasado el proceso electoral, se vea que el escroto le sirve para algo.
El detalle aquí es que luego se viene el otro proceso, el grande, el premio mayor.
Vamos, se puede hacer un experimento sencillo para ver si es exceso de tolerancia o una simulación. Júntese un grupo para salvar a un niño que necesite grandes recursos económicos para salvar su vida del cáncer.
Vaya ese grupo y tome la caseta Tuxtla Gutíerrez-Chiapa de Corzo, ármese con palos, piedras y paliacates, amenace a los conductores, bájenlos y golpéenlos si no les quieren dar dinero, los miran feo o les intenta tomar una foto. Total, el fin justifica los medios.
Obviamente ese grupo de inmediato sentirá todo el poder del brazo largo de la injusticia chiapaneca: serán repelidos con toda la fuerza del estado, con la brutalidad acostumbrada, con la impunidad de todos los días. De verdad, Chiapas es un estado sin derechos.

Narco-arquitecto

En asuntos del narcotráfico la creatividad se desborda, tanto para ocultar la droga como para su traslado y comercialización. Su venta se realiza en todos lados: parques, escuelas, viviendas particulares, pero Luciel, un presunto narcomenudista detenido por la PGR en las últimas horas, desbordó su creatividad, pues montó su negocio (por cierto cerca de la Universidad Salazar Narváez) bajo las siglas de un despacho de arquitectos. Realmente se lució, pero definitivamente no le funcionó. | Comentarios @hermesreportero y hermesreportero@gmail.com

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