Cierre del ZOOMAT, por descuidos / Angel Mario Ksheratto

Las autoridades del Zoológico «Miguel Álvarez del Toro», anunciaron con un dejo de discreción el cierre temporal de ese lugar, considerado uno de los más visitados del país, dada la variada y muy exótica fauna y flora que exhibe. La razón principal, se indica de manera oficial, es la remodelación, y se deja entrever que otra motivación, ha sido el brote de influenza H7, «por lo que se reforzarán las medidas de seguridad sanitaria», explica la Coordinación Estatal para el Mejoramiento del ZOOMAT.
Hasta ahí, todo pareciera normal; de una enfermedad nadie se salva. La diferencia es que en este caso, hay responsables directos del brote de dicho virus. Lo más grave es que las repercusiones económicas fuera del recinto donde hasta ahora se habla de una posible cuarentena, podría generar pérdidas millonarias, en virtud de las medidas que, preventivamente, deben tomarse para cumplir con los estándares de calidad nacionales e internacionales a los que Chiapas está obligado, de acuerdo a las normas de producción avícola.
Según reportes internos del ZOOMAT, los directivos y personal de éste, incumplieron con las medidas de rigor que de manera cotidiana debieron tomarse para evitar la entrada o salida del virus de ése lugar. De hecho, no se sabe si el virus del H7, se incubó ahí mismo o si alguien pudo haberlo introducido. Cualquiera que sea el caso, deben de ser dadas a conocer las causas o métodos de infección, para que se tomen las medidas pertinentes y adecuadas, y evitar así que éste se expanda a otras partes.
De un tiempo para acá, Federico Álvarez Rincón y Carlos Guichard Romero, Director General y Director Operativo, respectivamente, descuidaron la puesta de «tapetes sanitarios» en las entradas del ZOOMAT. Éstos, según expertos, deben contener soluciones antibacteriológicas o láminas adhesivas para la retención de partículas que pudieran estar infectadas de bacterias. Ésta, que es una medida común y de fácil práctica, no se cumplió, lo que pudo ser la puerta de entrada o salida del virus.
Por otro lado, la entrada y salida de vehículos, no cumple con las reglas de rigor que deberían ser, en primer lugar, la fumigación e inspección de éstos para, por un lado eliminar posibles bacterias y por otro, detectar anomalías que pudieran poner en riesgo la salud de la fauna. Tal es la falta de medidas preventivas, nos cuentan, que ni siquiera botas de hule adecuadas hay para internarse a las áreas de los animales y proteger así, tanto a seres humanos como a las especies.
Pero hay algo más que llama la atención y que, por el bien de todos, las autoridades del ZOOMAT, deben aclarar, precisar o admitir: la falta de responsabilidad en el trato de animales (entre éstos, claro está, infinidad de aves) que la PROFEPA lleva ahí. La fauna incautada por la dependencia encargada de sancionar a quienes lucran con ésta, especialmente las especies en peligro de extinción, no es revisada; se corre, por tanto, el riesgo que por ahí, se haya filtrado el virus. Ahí, ni la SEMAHN, ni las autoridades del ZOOMAT, han hecho un trabajo responsable.
Pero ¿por qué la preocupación? Porque las repercusiones del brote de H7, no se limitan solamente al Zoológico. Al no haber habido medidas preventivas, cualquier acción mediata e inmediata del exterior, tendrá que pasar por una cuarentena general. Es decir, afectará a los productores avícolas, lo que, dicho en buen castellano, podría provocar pérdidas millonarias, por lo menos hasta que se haya comprobado que el virus no abandonó el ZOOMAT o no se extendió antes de llegar a éste.
SENASICA, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, fue la dependencia que descubrió la bacteria del H7. A ésta habrá que preguntar sobre las medidas consecuentes. ¿Habrá cuarentena para los productores de pollo en Chiapas? ¿Hasta dónde, el virus pudo haberse propagado? Como noticia, el cierre del zoológico, ya es internacional. ¿Cuál será la reacción de los consumidores de productos avícolas chiapanecos en el resto del país y el extranjero?
Lo doloroso en éste asunto es que, según expertos, dada la gravedad de la epidemia aviar, lo más probable es que para evitar su propagación, se tenga que exterminar a todas las aves contagiadas, muchas de éstas, en gravísimo peligro de extinción. Es, desde luego, una medida brutal, pero, según nos dicen, necesaria, insalvable.
Repercusiones económicas y contribución a la extinción de valiosas aves, es el resultado de la omisión, la irresponsabilidad, la inercia y, digámoslo con perfecta claridad, la corrupción de autoridades del ZOOMAT que hoy, solo quieren lavarse las manos y esconder la realidad.
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