Cdigo Nucú / Cesar Trujillo

El juego de Antorcha

La organización Antorcha Campesina ha encontrado en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador cierto freno a su modus operandi. Por algo ahora se promueven como la voz de millones de mexicanos que sufren abusos del nuevo gobierno. Omiten, claro está, el enriquecimiento ilícito de algunos de sus líderes que han encontrado en la «pobreza de las masas» una oportunidad enorme. Siempre es así.
Empero, si algo la hace «diferente» es el tejido con el que logró construir su modelo organizacional, mismo que la llevó a «invertir» para afrontar esto que viven con el recorte a las organizaciones que, en este caso en particular, pega a los habitantes de las zonas donde Antorcha opera, más que a la organización misma.
Quizá por ello se habla de que pretende ser un partido político, otro más, pues ha sabido capitalizar no sólo los recursos de los programas clientelares y las canonjías obtenidas tras llenar estadios en periodos electorales, sino los cotos de poder y los favores que por años han hecho a políticos de todos colores: con especial afecto al tricolor (que hoy nada contra la corriente ante la infranqueable crisis que afronta el sistema de partidos en México).
A la fecha, Antorcha Campesina cuenta con varias gasolineras, farmacias, tiendas de conveniencia e, incluso, se habla de que ha invertido en la agroindustria con miras a la consolidación de su economía. Por si fuera poco, en las capitales de cada estado mueve sus hilos y logra prebendas que le permiten a la larga empoderarse y mantener a flote los gastos que se generan en la organización. Tuxtla misma en el trienio de Fernando Castellanos Cal y Mayor fue muestra de ello.
Hoy cuentan que Antorcha ha visto mermadas las prebendas con la derrota priista en cientos de municipios y estados de la geografía mexicana. La reducción de las prerrogativas que recibía el PRI termina pegándoles a todos, pero ellos han logrado mantenerse a flote gracias al modelo que implementaron para tener circulante dentro de sus filas: al menos para los líderes y sus allegados será así.
Lo cierto es que las masas, esas que resisten estoicas bajo la furia del sol, las que son acarreadas para llenar auditorios y escuchar discursos demagógicos que no les interesa, las que terminan liándose a golpes con otros por el comercio informal y que son azuzadas por el mismo gobierno, seguirán ahí para tener una calle arreglada, agua, luz y los beneficios de algunos programas que permiten a los líderes antorchistas venderse como los mecenas.
No han entendido que los pobres seguirán ahí: portando la ropa roída y desgastada que contrasta con los trajes, camisas, zapatos y lentes de los oradores que hablan de justicia social, de malos gobiernos, de lucha de clases, de corrupción e impunidad, y de pobreza extrema, donde desconocen lo que es tener hambre porque son ellos los ungidos por el poder para ablandar al pueblo, para sembrar los sueños y esperanzas, y mantener esa vida de dispendio que hemos podido constatar.
Cierto es que se equivocan quienes afirman que Antorcha es un brazo armado del tricolor. Es, en cambio, una organización que se enquistó ahí y que ha sabido cortar los frutos del servicio al poder, y aunque hoy su historia se tuerce seguro que encontrará otra vía para no perder sus privilegios. Ya verá.

Intereses propios.– En el jaloneo que traen los trabajadores de la Sección 50 del SNTSA parece que más allá de las diferencias y problemas heredados, es el tema de las cuotas y el monto mensual lo que mueve los malos entendidos.
Les cobran de 150 pesos por trabajador y son alrededor de 26 mil los que pagan esa cantidad de forma mensual, lo que arrojaría un monto de tres millones 900 mil pesos que el Comité Ejecutivo Estatal estaría manejando y que al año representa 46 millones 800 mil pesos nada malos para quien mueva ese recurso.
Durante todo este tiempo se acusó a la dirigencia pasada del despilfarro pero todo quedó en señalamientos. Sin embargo, claro quedó que la nueva mesa directiva no trae todo el respaldo de la base trabajadora que parece sigue pugnando por los intereses de los que se fueron y sindicando el comportamiento de estos que acaban de llegar.
Así, los únicos afectados serán (como siempre pasa) los trabajadores, esos que cumplen con sus horarios y con las obligaciones sindicales, los que aspiran sólo a la jubilación y que terminan en medio de un jaloneo histórico, pero que ahora se viraliza en segundos por el manejo de las redes.
Ya veremos cómo la dirigencia nacional logra resolver este problema. Por lo pronto sería bueno que exhibieran las supuestas anomalías en contra de la nueva dirigencia, digo, para ir creyendo que todo persigue un fin justo y no se trata solamente de un jaloneo de intereses y de berrinches mezquinos, como comúnmente pasa.

Manjar.- Lo ocurrido en Aldama con la muerte del síndico Ignacio Pérez Girón, a quien habían reportado como desaparecido, prende un foco de alerta por los señalamientos de los ataques de supuestos grupos paramilitares que rondan en la zona y que la presidenta municipal, Verónica Ruiz Pérez, y el hoy occiso (su esposo) habrían señalado con antelación. Si de por sí esa zona tiene un conflicto limítrofe entre San Pedro Chenalhó y Aldama, con esto los ánimos van a caldearse. Espero equivocarme. Ya veremos qué nos indican las líneas de investigación referente al tema. Por ahora, la tensa calma en esa zona es lo que hay. #Tragedia // «No puede esperarse ventaja alguna duradera de la política moral, si ésta no se funda en los sentimientos indelebles en el hombre. Toda ley que se desvíe de éstos, encontrará siempre una resistencia contraria que al cabo vencerá, del mismo modo que una fuerza, aunque sea muy pequeña, si se aplica muy continuadamente, vence cualquier movimiento violento comunicado a un cuerpo». Cesare Beccaria. #LaFrase // La recomendación de hoy es el libro Periodismo de Alfonso Reyes y el disco Bohemio de Andrés Calamaro. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

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