Rumbo al Día Cero
México ocupa ya el segundo lugar en América latina y el 24 en el mundo entre los países catalogados con alto estrés hídrico. Los datos que ha revelado en un informe el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) no son para nada alentadores y deben prender una alerta urgente en nuestro territorio.
Son los países de Medio Oriente y África donde esta problemática se ha agudizado con más fuerza, sin embargo, México no puede pasar por alto el informe que lo ubica en el top 25 junto a Chile.
Cinco regiones de México se encuentran clasificadas como aquellas en donde las cantidades de agua utilizadas ya no son repuestas por el ciclo natural, como era años atrás (las alteraciones al planeta traen consigo facturas y esta es una de ellas).
Se trata de las regiones del Valle de México, del Río Bravo en Nuevo León, del Balsas en el centro del país y la Ciudad de México, la Noroeste de Sonora y Sinaloa, y la de Lerma-Santiago-Pacífico en Jalisco.
Para colmo, El Financiero publicó que Baja California Sur figura ya en el grado más crítico de este problema con una puntuación de 5 que es la máxima posible. Le siguen Guanajuato con 4.94, Ciudad de México con 4.90, Aguascalientes con 4.81, Estado de México con 4.76, Querétaro con 4.71, Hidalgo, Chihuahua y Zacatecas con 4.63, y Sonora con 4.60. Los números son altos; la gravedad también.
Por si fuera poco, en estas regiones se ubican las ciudades más grandes con superficies en donde se producen alimentos. No hace falta ser sabio para entender dicha correlación. Ni ir tan lejos para ver la frivolidad y apatía sobre este problema que no es nuevo y del que siempre, ojo, los gobiernos han tenido conocimiento.
En cuanto al problema que evoca al Día Cero para el agua, el WRI ha sido claro al señalar que México está obligado a «hacer más eficiente el uso del vital líquido en el campo». Es el primer paso. Pero, ¿qué significa esto? Es simple. Se refiere a algo que se ha señalado tiempo atrás y nos recuerda que las dos terceras partes del agua que consume nuestro país se destina a ese rubro y, por ende, urgen nuevos mecanismos que permitan que esto tome otro rumbo. O, de lo contrario, los resultados van a ser catastróficos: hay casos donde ya lo son.
Los especialistas han señalado ya la ruta que debe tomar el gobierno en este problema. Urge, pues, la inversión en el campo y en las eficiencias urbanas, sí, pero sólo si los esfuerzos se enfocan a subsanar y rescatar las cuencas. Esto es fundamental para que aquello que se implemente no tenga impactos a corto plazo y sea efectivo, abonando, incluso, en la solución de temas sociales.
Tres ejes son los que el WRI ha propuesto para luchar contra esta problemática: primero, invertir en tratamiento de aguas y atención medioambiental; segundo, incrementar la eficiencia de la agricultura; tercero, tratar, reusar y reciclar. No hay más aunque, con el comportamiento histórico de los gobiernos, se ve difícil.
Bajo el discurso del desarrollo y el progreso hemos alterado los propios ciclos de renovación y saneamiento del agua: los que la madre naturaleza y su sabiduría nos regalaron para vivir en armonía y que nos tocó a muchos ver de niños. ¿Quién no recuerda las aguas cristalinas que corrían libres de residuos y contaminantes a las que acudíamos a bañarnos? Hoy, tristemente, todo es apenas un recuerdo del pasado que se rompe de golpe con la cruda realidad.
¡Sí, merecemos el exterminio!
Los gobiernos se han equivocado. La sociedad también. La solución no es llevar el agua desde otras regiones, pues no se trata de invertir miles de millones de pesos, de simular una solución, cuando el problema no se ataca de fondo y se apuesta a una muerte lenta derivada de intereses aviesos que se sobreponen a las propias necesidades: seguimos sin entender que sin agua no hay vida.
Estamos ya en un punto de inflexión. La armonización que requiere el problema del agua y la apuesta al fatalismo llamado Día Cero (el punto en el que no hay suficiente agua para satisfacer las necesidades de sus habitantes) nos involucra a todos y nos llama a elevar la voz para ser escuchados.
Tan sólo en México consumimos entre el 40 y 80 por ciento de las reservas de agua cada año, según el informe, y aun así se sigue permitiendo la sobreexplotación de recursos hídricos por empresas trasnacionales como Femsa o Nestlé. Documentado está.
Justo ayer veía Rango: la película donde una tortuga es alcalde y un camaleón sheriff. La lucha es en torno al control del agua. La sentencia es condenatoria: quien controla el agua lo domina todo. La salvación ahí es a través de la imagen del héroe que filosofa sobre su destino y la búsqueda del ser. Como Hamlet, pienso. Al final, vence el bien.
Nuestro problema no es tan alejado. Hay muchos Rangos defendiendo al agua y la tierra; muchas tortugas también que desde el poder colocan piedras y venden el futuro. La historia parece escrita y el Día Cero es apenas el comienzo de todo.
Manjar.– César Espinosa Morales, presidente del PRD en Chiapas, informó que la primera etapa de afiliación del sol azteca concluyó este 25 de agosto con más de un millón 400 mil militantes en todo el país y en Chiapas con más de 40 mil personas que acudieron al llamado como lo establece el Instituto Nacional Electoral. Con ello, el sol azteca se alista para el 2021 y prepara la consolidación de su proyecto a través de iniciativa Futuro 21. Ojo que en política las sorpresas siempre están a la orden del día. El sol azteca entiende la ruta a seguir: la tiene ya en la mesa y bien trabajada. Hay se acuerda cuando le digo que en los comicios que vienen aumentará sus espacios de representación. #DichoEstá // «Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás». René Descartes. #LaFrase // La recomendación de hoy es el libro Teoría de la justicia de John Rawls y el disco deKick de INXS. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.
* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.
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