Cdigo Nucú / Cesar Trujillo

Chavuk, arte y cosmovisión de Carranza

En la búsqueda por vincular el trabajo textil de las mujeres tsotsiles (tejedoras, bordadoras y sastres) de Venustiano Carranza hace tres años que nació Chavuk, un proyecto formulado desde las artes visuales que lidera mi amigo el artista Jvan Padilla.
En esta propuesta se experimenta a partir de materiales, colores y formas —que se fusionan dentro de la cosmovisión y la lógica de las indumentarias indígenas de la zona—, mismos que han tomado como referencias corrientes como la abstracción pospictórica, el neoconcretismo brasileño, el minimalismo y La Bauhaus, según se me ha explicado.
El objetivo de dicho proyecto, me ha confiado el propio Jvan Padilla en algunas charlas, es que la ropa hecha a mano logre un enlace con la esfera global, pero sobre todo que se conozca el arte textil de Carranza que plasma en cada prenda su forma de vida, su pensamiento y la cultura ancestral.
Y es que, como bien señalan las mismas tejedoras, Chavuk no sólo busca promoverse como un proyecto de moda, sino como una propuesta en la que se rescate y desarrolle (a través del telar de cintura) el trabajo y la cosmovisión de 50 artistas —en su mayoría indígenas— que pretenden vincular su expresión con la de otras comunidades textiles en el país.
Creo conveniente resaltar que Chavuk es una propuesta única en su tipo. Como muchas otras en los pueblos originarios. Y lo digo porque esta parte de la idea de un proyecto de arte en colaboración en donde se amalgaman la tradición oral, el conocimiento ancestral, la capacidad inventiva de cada uno de los artistas y las diversas visiones críticas y reflexivas que buscan no sólo alcanzar el desarrollo económico, sino el pago justo por el trabajo que realizan con base en la técnica.
Considero sumamente importante que Chavuk se convierta en un espacio de retroalimentación entre las tejedoras y, como bien señala mi hermano Jvan Padilla, el aprendizaje de nuevos procesos en donde cada forma de concebir la vida es respetada y con la colaboración logra fusionarse y presentar propuestas únicas.
A la creatividad, los colores, las texturas, las tradiciones y la historia de Carranza se unen en la propuesta de cada uno de los artistas que participan en este proyecto las cualidades técnicas del trabajo en telar de cintura, la iconografía, el brocado y la del «hilo partido», esta última ha permitido a varias tejedoras de este municipio ser galardonadas con premios de textiles en México.
Cuando Jvan Padilla me explica que usan petet para abrir las hebras de un hilo de algodón industrial y así obtener un hilo muy fino que se refuerza con atole de maíz para forjarlo y evitar se rompa al ser tejido, trato de imaginar el proceso y la paciencia en que las manos de mujeres y hombres se mueven para lograrlo, para crear la madeja con la que se formaran nuevas historias.
Y basta ver las piezas creadas en donde sobresalen figuras antropomorfas y prevalecen la flora y fauna de la zona; piezas en donde los colores parecen tomarse de las manos y fundirse entre las hebras que los moldean.
Con las creaciones de Chavuk uno puede palpar en cada prenda aquellos relatos de la tradición oral que aún prevalecen y que se cuentan en el municipio de Carranza; historias que hablan de lo sobrenatural, de la trascendencia, de los nahuales, de la metamorfosis de los cuerpos y el lenguaje de los fenómenos naturales que hasta fecha siguen sorprendiéndonos.
Y como no sorprenderse, digo, si al fin de cuentas todos nosotros estamos hechos de historias. De aquellas que nos contaron los abuelos (al menos conmigo fue así), de las que he escuchado en mis viajes a Carranza, de los duelos entre el bien y el mal, de las energías que confabulan para apoderarse de todo, de la búsqueda inquebrantable de la identidad, y mucho más.
Me da gusto, no sólo por la amistad que me une a Jvan Padilla, a su equipo y su visión de unir la visión de otros artistas, ver que Chavuk se convierte en un proyecto que busca resguardar la memoria colectiva, la tradición de las palabras que aún resuenan en las piedras, y que es, ante todo, una propuesta donde el lenguaje de la comunidad prevalece impreso y acaricia la vista de su gente y de la de quienes empezamos a aprender de ellos.
Por lo pronto, seguro estoy, Chavuk es ya un referente obligatorio del arte textil que desde Carranza empieza a mostrarse al mundo. No dudo que un día de estos veamos estas magníficas piezas atravesando pasarelas fuera del país, mostrando un pedacito de lo grande que somos, de nuestros orígenes ancestrales y nuestras raíces.
Pego aquí el dato, a manera de comercial, para que sepa dónde las prendas pueden adquirirse si le interesa y puede ser a través de mensaje directo o en las redes sociales del Facebook, Instagram y Twitter: Chavuk o @chavukmx, o a través del teléfono 9921035225.

Manjar

Siempre ha existido el tráfico de influencias. No sé por qué tanto escándalo, me dijo una amiga el fin de semana. En efecto, respondí, siempre ha existido. Sólo que nunca se ha castigado. Siempre, desde los gobiernos anteriores, se les ha permito a la corrupción e impunidad ondear su poder y cinismo sin que nada pase. Y los funcionarios, escudados en esa inacción hacen y deshacen a su antojo. Pero el mensaje que les ha mandado el gobernador Rutilio Escandón no es cualquier cosa. Por algo se puso, más de uno en Palacio, nervioso con la detención de los exservidores públicos. Y por si el mensaje no les quedaba claro ayer se los volvieron a repetir, y el góber les dijo que todos están sujetos a investigación, que en este gobierno no hay consentidos, ni protegidos, ni amiguismos, ni compadrazgos y que eso se acabó. Y como cereza del pastel les advirtió: «quiero tener amigos y amigas, pero con base en una relación de protección a Chiapas». ¡Tómala barbón! Quien no haya entendido el mensaje de los funcionarios, que lo lea otra vez. Lo dije desde hace tiempo: hay varios con las manitas alzadas pidiendo a gritos su fresco bote y siguen jalándole la cola al tigre. Cuidado con el zarpazo. #AdvertidosEstán // «Quiero que nadie sepa que estoy enamorado. De esto entienden y escuchan solamente las flores». Carlos Pellicer. #LaFrase // La recomendación de hoy: el libro ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? de Raymond Carver y el disco Singin’ The Blues de Otis Blackwell. // Recuerde no comprar mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

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