Cdigo Nucú / Cesar Trujillo

La policía municipal y el abuso de autoridad

Los elementos de la Policía Municipal de Tuxtla Gutiérrez, a bordo de la patrulla PCC-138, detuvieron el fin de semana de forma arbitraria al periodista Bernardino Toscano. Lo esposaron, amedrentaron, insultaron, intentaron revisarlo y despojarlo de sus pertenencias, vejaron sus derechos, y tras no conseguir nada, trataron de ir a «sembrarlo» a la Fiscalía General del Estado para lavarse las manos. No les funcionó.
Lo que no imaginaron los uniformados es que cuando decimos: «si tocas a un periodista, nos tocas a todos», hablamos en serio. Y se ha visto.
De manera física, o por las redes sociales, el tema de la detención y vejación de los derechos del compañero corrió como pólvora y tiene hoy al gremio cansado de tantos abusos, elevando la voz y exigiendo que se castigue conforme a la ley a los culpables.
Activistas y periodistas acudieron a la FGE para acuerpar al compañero, al grado de chocar con los uniformados que, sin prueba alguna, buscaban inculpar al periodista. Y no sólo eso, tras descubrirles que ellos eran quienes presentaban aliento alcohólico, se encararon, grabaron y tomaron fotos a los comunicadores que estaban ahí solidarizándose con Bernardino.
Este accionar de los uniformados no es tema nuevo en la capital. Son cientos de denuncias que corren desde hace tiempo sobre la extorsión, robos y malos tratos de los uniformados, sin que al presidente municipal, Carlos Orsoe Morales Vázquez, o al secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, Jorge Alexis Zuart Córdova, les importe.
Sin embargo, con el tema de la detención arbitraria de Bernardino Toscano ha salido a relucir el modus operandi de los policías municipales que pone en el ojo del huracán la inoperancia de su jefe Alexis Zuart y el hilo de corrupción que desde ahí se teje.
Y hay qué decirlo, el Secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal ha sido incapaz de frenar la ola de inseguridad que ha golpeado al municipio. En cambio, sí ha sido capaz de cobijar y proteger a quienes, desde la impunidad, aplican el abuso de autoridad y delinquen bajo un uniforme.
No es un secreto ese rumor que los mismos policías difunden sobre una «cuota» que les exigen desde la misma Secretaría. Cuota que sale, claramente se ve, de los robos y la extorsión que los policías hacen a los ciudadanos indefensos.
Ahora resulta que no sólo debemos caminar con cautela por la inseguridad que existe, por el temor de ser asaltados por cualquier extraño, sino que debemos cuidarnos de los mismos elementos de la Policía Municipal que, en vez de ser encargados de poner el orden, son ahora una pandilla de ladrones operada desde el mismo ayuntamiento.
A estas alturas, el Presidente Municipal debería estar retirando del cargo a Alexis Zuart, no sin antes obligarlo a que ponga a disposición a los elementos que, pretextando una denuncia anónima y acusando estado de ebriedad del detenido (curiosamente ni bebe), aprovecharon la tranquilidad de la noche para levantar a un ciudadano que se encontraba en una esquina esperando un taxi.
Y pensando mal, como decían los abuelos que debe hacerse, podríamos hasta vincular el hecho de que Bernardino Toscano ha estado señalando la inoperancia del secretario en materia de seguridad en la capital con su detención.
Es preocupante como ciudadano saber que bajo el influjo del alcohol u otras sustancias, los elementos de la Policía Municipal circulan a bordo de una patrulla. Es preocupante que portan un uniforme y una charola para delinquir.
Peor aún, que en su estupidez, luego de cometer un sinnúmero de errores en la vejación de los derechos del ciudadano detenido, busquen lavarse las manos entregando al detenido a otra instancia a la que no le compete el tema.
El caso de Bernardino se ventiló y se hizo viral por su oficio de periodista. Cierto es. De ello y de la solidaridad del gremio derivó el temor de los uniformados, su coraje y el caso no pasó a más. Sin embargo, ¿qué sucede con todos aquellos que son detenidos bajo cualquier pretexto, aquellos que no tienen testigos, aquellos que son invisibles para los demás?
Si este es el accionar de la Policía Municipal en Tuxtla Gutiérrez, la ciudadanía debe movilizarse y exigir un cese a los abusos, a las vejaciones sistémicas a los derechos humanos a la que todos estamos expuestos.
Es un riesgo para nosotros que los elementos de seguridad sigan operando bajo la impunidad, y guiados por la corrupción desde la misma Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal.
El presidente Carlos Morales debe entender que esto no es un pleito entre la prensa y él. Que no se trata de su nombre sino de su cargo. Esto no es un choque de fuerzas ni se trata de medir nada. Si cree eso, si su jefe de prensa no entiende tan simple diferencia, sería una terrible estupidez.
Se trata, señores funcionarios, de la integridad de quienes ejercemos el periodismo y que somos testigos de las irregularidades que sus elementos cometen.
Denunciar lo que no está bien debería servirles para hacer correcciones y mejorar su gobierno, y no de escudo para creer que es porque todos están en su contra.
Su cargo, señor Presidente Municipal, es de simples tres años. Los errores de su gobierno serán, en cambio, una mancha imborrable para la historia.
Ojalá, de verdad lo digo, que tras la evidenciada que recibieron tomen cartas en el asunto. Tuxtla y su gente se los va agradecer.

Manjar

Confieso que tengo en el pecho un dejo de impotencia, una especie de llanto ahogado que no se mueve con nada. Y es que escuchar a la profesora Adriana Gómez con la voz rota, en rueda de prensa, hablar de que a su hijita Jade Yuing Gómez la asesinaron, que no fue un suicidio como se ha manejado, me pega muy feo. Y lo digo no sólo porque soy padre, sino porque conocí a Jade hace poco más de diez años: la vi reír, hacer berrinche y hasta compartimos el pan y la sal mientras con su padre hablábamos de periodismo y política, o nuestros hijos nadaban en una alberca allá en El Jobo. Las irregularidades en el caso que fueron señaladas por la familia y los abogados deben tomarse con toda la responsabilidad que el caso exige. Los llamados del gobernador Rutilio Escandón de que nadie debe estar por encima o al margen de la ley deben ser aplicados. Sobre todo porque se señala un feminicidio dentro de un instituto estatal y es, en sí, un tema sumamente delicado. Esperemos que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto y que se llegue al fondo de todo. Mi solidaridad con la familia Yuing Gómez. #JusticiaParaJade // «No es lo mismo estar solo que estar sin ti, conmigo, con lo que permanece de mí si tú me dejas». Enrique Lihn. #LaFrase // La recomendación de hoy: el libro Perras de Zel Cabrera y el disco Whatever People Say I Am, Thats What Im Not de Arctic Monkeys. // Recuerde no comprar mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

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