Cdigo Nucú / Cesar Trujillo

Pensar el voto

Chiapas entró al proceso electoral 2021, mismo que se celebrará en cinco meses más.
Será el 6 de junio cuando el electorado ejerza su derecho al voto y elija la forma en que se van a renovar las diputaciones federales y locales, así como presidencias municipales, sindicaturas y regidurías.
Tan sólo en la entidad, mil 654 puestos de elección popular están en juego y participan 10 partidos nacionales (Morena, PVEM, PRI, PAN, PRD, PT, PES, RSP, Fuerza Social y MC) y cuatro locales (Chiapas Unido, Mover a Chiapas, PPCh y Panal Chiapas).
La cifra es importante en todo: 123 ayuntamientos y 40 curules están en juego (24 de mayoría relativa y 16 de representación proporcional), y a ello debemos sumar que el padrón electoral es el mayor de la historia en la entidad, según datos del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana.
En algunos espacios buscarán la reelección, y así dar continuidad al trabajo que vienen realizando. Otros renovarán completamente todo.
Quienes buscan reelegirse deberán someter sus tres años de trabajo al escrutinio de sus votantes, mismos que tienen el pulso de lo que se hizo y se dejó de hacer, lo cual podría detonar en un voto de castigo para cambiar de estafeta al poder.
Quienes buscan llegar deberán convencer a los votantes de que sus propuestas son viables y que comprenden el rol a desempeñar.
Por eso es importante señalar que el momento que estamos viviendo por la pandemia hace que este proceso sea atípico y se tome con todas las medidas que exige.
Las campañas se mueven de escenarios y lo virtual parece hacer guiños ante este panorama que es para todos incierto. También el desgaste de la suela deberá ser mayor.
No sabemos si la votación también cambie en algunas zonas, pues afirmar esto a cinco meses de distancia es presuroso y todo depende del comportamiento del virus. Pero el reloj de arena del calendario comenzó ya a dejar caer los granos que irán restando segundos a la fecha pactada.
Lo cierto es que estos tiempos exigen nuevas estrategias, nuevas formas de acercarse al electorado y, de antemano, una responsabilidad enorme de la sociedad que deberá participar dentro de un panorama distinto: la contingencia.
Difícilmente veremos los eventos masivos, el acarreo y las banderas ondeando en todo lo alto, acompañados de batucadas y del jolgorio que caracteriza esos encuentros donde buscan mostrar el músculo. Y digo difícil porque, quizá, no falte la imprudencia de algunos (espero equivocarme).
Entender que no son estos ya esos tiempos es importante. Al menos, pienso, hasta que este periodo de los contagios deje de asomarse al ritmo que trae en el mundo entero.
Por eso es una responsabilidad compartida. Lo he dicho y lo diré siempre. Así como vuelvo a señalar que los votantes deben pensar el voto y analizar las propuestas y planes de trabajo de quienes buscan esos espacios.
Hoy más que nunca la participación ciudadana debe hacerse presente para exigir que las propuestas sean apegadas a la realidad y que puedan ser cumplidas y no formen parte de las largas peroratas que enlistan proyectos que nunca logran aterrizar.
Pero sobre todo comprender que los tiempos del entreguismo han sido una semilla cancerígena que lo ha lastimado todo, como lo ha hecho también ese juego lucrativo con la necesidad de los que menos tienen.
Lo ha señalado en repetidas ocasiones el gobernador Rutilio Escandón: no se trata de hacer politiquería, sino de trabajar en apego a las necesidades más apremiantes y entre todos, ciudadanía y gobierno, se genere la llamada salud democrática.
Es decir, una participación activa de la sociedad ayuda a que en los municipios se desarrollen proyectos en comunidad y, por tanto, relaciones más sanas con su gobierno.
Esto es una cadena. Detona de varias formas.
Los mismos expertos señalan que el trabajo colaborativo entre el gobierno y la sociedad impacta en la propia administración, pues los problemas se detectan más rápido y los diagnósticos son más efectivos.
¿Quién mejor que la gente que vive en los barrios, colonias, ejidos para señalar lo que se requiere? ¿Quién mejor que el ciudadano para sugerir?
Falta, entonces, que el político escuche. No sólo que oiga, sino que escuche.
Por eso se pide pensar el voto y eso va más allá de colores.
Cada individuo es libre de votar por quien guste, sólo se pide que sea en beneficio de todos, en beneficio de la comunidad.
Porque pensar el voto es elegir con quién sí se puede trabajar y de qué forma vamos a sumar para que entre todos busquemos un mejor lugar para vivir.
Durante estos meses que vienen estaremos escuchando promesas y declaraciones.
Seremos testigos también de las guerras sucias.
Así como hay personas honestas que buscan llegar a trabajar, hay también los que sólo están buscando sus propios intereses.
Por eso y más, pensar el voto es, simple y sencillamente, entender que la vida política es tan importante que no podemos dejarla en manos de quienes sólo piensan en sí mismos.

#Manjar La agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres México informó que con la pandemia, y por el mismo aumento en el uso de Internet, se ha documentado el envío contenido sexista, de amenazas y de videos pornográficos no solicitados a las usuarias cuando participan en reuniones en línea. A ello debemos sumar que el ciberacoso, según los datos recabados, afecta en México cerca de 9.4 millones de mujeres, de entre 18 a 30 años de edad. Es buen momento para que la Policía Cibernética actúe y castigue a quienes se presten a ello. #enunpárrafo «de la mentira del no / surge una verdad del sí / (ella misma sólo y quien / es ilimitadamente) / hace entender a los tontos / (cómo me aburro) que no / todo el furor del pensar /es igual a una violeta». E. E. Cummings. #ElPoema // La recomendación de hoy: el libro Poeta chileno de Alejandro Zambra y el disco Aquemini de Outkast. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor que hacer, póngase a leer.

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