Conversatorio a dos años del Bicentenario de la Federación de Chiapas a México / Raúl Bonifaz

 Discurso:
Saludo de manera especial a nuestro invitado el Gral. ………que está con nosotros en este recinto ciudadano. Su presencia aquí refrenda el alto significado de nuestra historia y de nuestros símbolos para nuestras fuerzas armadas. Sea bienvenido, General.

Octavio Paz nos decía que los mexicanos —y los chiapanecos somos mexicanos— tenemos grandes desencuentros con nosotros mismos y una de las razones es nuestra historia. Los conflictos del pasado nos siguen por donde quiera y nos llevan con frecuencia al laberinto de las angustias.
Con frecuencia buscamos en nuestro pasado los grandes momentos y los paraísos que no sabemos cuándo los tuvimos y menos en dónde estuvieron. Otras veces buscamos los infiernos y no sabemos tampoco en dónde han estado y cuando han sido peores, pero uno y otro sentimiento son una carga para los mexicanos.
Hace algunos años, en Estados Unidos, falleció el icónico boxeador Casius Clay. La guardia que se montó en los funerales estuvo formada por marinos que se disputaron el honor de participar en el homenaje a un hombre que, justamente, había mostrado su completo desprecio a los militares norteamericanos. Ese, aunque no nos guste mucho por su procedencia, es un ejemplo claro de reconciliación con la historia.
Aquella fue una reconciliación, que los mexicanos parecemos necesitar con urgencia. Aquí estamos en pleito los seguidores de Cuauhtémoc con los seguidores de Hernán Cortés y en Chiapas todavía se agrede a los partidarios de Jacinto Pérez, “El Pajarito”, o de los jefes llamados “mapaches”. Nuestro pasado se parece a una pesada lápida que nos oprime.
Por esa razón, son muy importantes los eventos como el que ahora vamos a iniciar. Es importante que, otra vez citamos a Octavio Paz, filosofemos nuestra historia. Es decir, que la llenemos de preguntas y de esa manera reconciliarnos con nuestro pasado y pensar el presente sin el peso de una historia reduccionista y lineal en el mal sentido del término.
Estamos ante un nuevo aniversario de nuestra incorporación a México y a los historiadores les corresponde definir si fue una incorporación o una reincorporación. Si fue una anexión simple y sencilla también debemos tenerlo claro. Este nuevo aniversario es una buena oportunidad para las búsquedas de nuestro ser bajo el signo de las ciencias históricas.
Necesitamos una mayor claridad para examinar las claves de nuestro federalismo en sus diversos tiempos. Necesitamos revisar los entornos en los diferentes tiempos que seguramente explican las distintas realidades que ha vivido y en que ha vivido nuestra entidad federativa. Es urgente la separación entre la historia y el mito, de nuevo Paz, que con mucha frecuencia se aparean y se reproducen en extraños paradigmas.
Bienvenidos todos los presentes a este conversatorio que incluye a especialistas en la materia y que los invito a ampliarlo entre los chiapanecos que se interesan por el tema que, afortunadamente, sin muchos, dentro o fuera de este recinto. Vamos a platicar nuestras historias.
Bienvenidos a este ejercicio de chiapanequismo. También a fortalecer el sentimiento chiapaneco que, como lo dijo Jan de Vos, debe ser un sentimiento, ya sin un resentimiento. Celebremos Chiapas y celebremos este esfuerzo por entenderlo. Muchas gracias.

 

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