Creci el enano / Rodrigo Ramn Aquino

Primero convenció a su hermano, Ezequiel Hernández Cruz, presidente del Consejo de Organizaciones de Transportistas de los Altos de Chiapas, de convertir dicha asociación civil en una asociación política, cambiarle de nombre y ponerle Mover a Chiapas para, finalmente, convertirla en partido político.
Desde el año pasado, Enoc Hernández Cruz recorre libremente y sin mayores obstáculos los municipios del estado. Primero lo hizo como «líder moral» en las asambleas distritales que Mover a Chiapas tuvo que realizar para mutar en instituto político, requisito del IEPC tomado como pretexto para encabezar sendos mítines políticos, que fueron desestimados como tal por el entonces consejero presidente Adrián Sánchez Cervantes.
Hoy, ya como dirigente formal en el estado (pues cuándo no lo fue, se podrá preguntar), Enoc continúa construyendo un enorme entarimado electoral al organizar los comités municipales del partido morado, pero ahora franca y abiertamente. ¿Serán para en verdad buscar ganar puestos de elección popular o para ponerlo al servicio de alguien más?
Su exceso de confianza retoza en laureles (se sabe protegido, y lo está) y por lo mismo descuida las elementales formas, como ayer que algunos de sus colaboradores agradecían al Señor Gobernador el regalo de su nuevo autobús (Movebus, que le dicen).
Ya para nadie es secreto que Mover a Chiapas tiene en la actual estructura de gobierno a sus principales impulsores, pero es más fácil decirlo que probarlo, de lo contrario ya estaría sancionado por la unidad especializada de fiscalización del IEPC (a donde seguramente han llegado numerosas quejas que no han prosperado).
Nooo, si tonto no es, y esto no es un halago, es una advertencia. Pues quizá una de las principales fortalezas de Enoc sea precisamente pasar por tonto, generar en sus adversarios peligrosa confianza o desinterés, que al subestimarlo le han permitido crecer tanto y estar en donde está: en la dirigencia de un nuevo partido, con un presupuesto que parece inagotable y de cara a una elección de la que saldrá, como mínimo, como presidente municipal de San Cristóbal.
Si todavía le quedasen dudas, va un botón de muestra: es tan vivo que una de sus estrategias para evitar las críticas en la prensa, además de invertir buena lana en ello, es precisamente granjearse el respaldo del gremio prometiendo (y seguramente dando) candidaturas a periodistas destacados en los distintos municipios. En resumen, creció el enano.

Ágora

De pena ajena, otra vez, la defensa lambiscona que el periodista de espectáculos Álvaro Cuevas (Milenio) hace del gobernador Manuel Velasco. No sólo comete el error de minimizar hasta la mofa el error cometido por el mandatario (no es el fin del mundo, por supuesto, pero error al fin la cachetada). Lo único rescatable y medianamente logrado es el reconocimiento a la disculpa pública que Velasco hizo. Cierto, rara vez se ve a un político, doblemente raro si se trata de un gobernador, ofrecer disculpas luego de una equivocación. En fin, no es novedad que algunos escurretinta sean implacables al criticar, excesivos, y muchas veces irresponsables, pero cuando de hacer favor se trata, de caer bien, no queda más que recurrir al consabido «no me ayudes, compadre».

Corrillo

A pata: De los apuntes del periodista de Televisa, Julio Navarro en redes sociales: «Y que Venerando Díaz se compra el cuarto vehículo… un Jeep Sahara… Venerando en año y medio pasó de su Chevy a 4 vehículos que fácil suman ya los 2.5 millones de pesos… de dónde, maestro Venerando. Estuvieron muy bien los diezmos o será prestanombres de Samuel Chacón, o la robadera en el ayuntamiento…

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