Efecto COVID-19: ansiedad continúa expandiendose como epidemia

Conoce el Centro Anabi, un lugar que ofrece atención psicológica de manera gratuita

Sandra de los Santos / Aquínoticias

UNO

Son las 5:00 de la mañana a Norma le es imposible volver a conciliar el sueño. La despertó la preocupación de saber que hoy es su cuarto día después del contacto cercano que tuvo con una persona contagiada con COVID-19. «A veces pienso que hubiera preferido que no me avisara porque ahora no puedo con la preocupación».

Aún no sale el sol y ella tiene el dedo índice metido en el oximetro. Todo bien. Se tranquiliza un rato y vuelve a preocuparse, revisa su cuerpo y hace un repaso de cómo se siente. El ciclo vuelve a ser el mismo durante las 24 horas del día. «Hasta dormida estoy preocupada».

DOS

Carlos no sabe por qué le sucedió, precisamente, ese día cuando sentía que su «paranoia» de contagiarse de COVID-19 había pasado. Se fue hacer unas compras al supermercado y de repente vio a su alrededor y se dio cuenta que habían muchas personas, que él no llevaba más que un cubrebocas de tela y que se le había terminado el gel antibacterial.

Recuerda que alcanzaba a escuchar algo que decían en el altavoz, pero no lograba concentrarse para saber qué era, su respiración estaba agitada, su corazón latía a más de 100 por minuto y sentía nauseas. Dejó su carrito de las compras, y se fue. Mientras iba en el taxi se dio cuenta lo que sucedió, una crisis de ansiedad.

TRES

Estuvo internado 20 días en la clínica de COVID-19 en Tuxtla Gutiérrez y la libró. No hubo necesidad de intubarlo, pero es fácil creerle cuando dice que han sido los momentos más difíciles de su vida. Tiene casi un año que salió y sus salidas fuera de su hogar son contadas, obliga a toda su familia a andar todos los días con cubrebocas adentro de su casa. Tuvo que dar en adopción a su perro porque ya nadie podía sacarlo a pasear.

Después de un año y siete meses de pandemia en México, no hay una persona que no haya tenido una repercusión psicológica por esta situación.

Los testimonios que se comentaron al inicio del texto son de personas que están en tratamiento psicológico a partir de crisis de ansiedad que han tenido durante la contingencia sanitaria. Los nombres son ficticios, igual y se podrían llamar como sea, más de una persona podría sentirse identificada con lo que cuentan.

Nora Elsa Martínez Mota es suicidiologa y ella asegura que la pandemia del COVID-19 está desatando una serie de conductas de riesgo que deben de atenderse, que la otra pandemia que está afectando al mundo está relacionada con la salud mental.

La situación que se está viviendo ha ocasionado inestabilidad emocional en la mayoría de las personas ya sea por la pérdida de familiares, la enfermedad, la crisis económica, el encierro o todo esto junto.

Cinthya Angélica García Méndoza es psicóloga social junto con un grupo de colegas abrió el Centro de Apoyo Psicosocial Anabi, el nombre del lugar es en honor a Ángel y Abigail, dos jóvenes que eligieron el suicidio como una forma de enfrentar la vida.

Anabi es un centro que da atención psicológica de manera gratuita en cualquier parte del territorio mexicano. Hay especialistas de diferentes áreas.

Cinthya coincide en que la pandemia ha ocasionado que la salud mental de las personas esté siendo afectada y por ello siguen ofreciendo sus servicios en línea a personas que los necesitan en diferentes partes del territorio mexicano.

Si desean conocer más sobre este proyecto pueden visitar su sitio: capanabi.com o también sus redes sociales en Facebook e Instagram.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *