El peso mexicano afronta con optimismo los últimos meses del año

Como ya hemos visto en numerosas ocasiones, cuando se reducen las tensiones comerciales, los inversores buscan menos activos refugio, como puede ser el oro, y optan por activos de mayor riesgo, como acciones o materias primas.

La noticia sobre un posible acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea que daría lugar a un brexit no tan duro y un acuerdo comercial entre el país del Norte y China, está inyectando optimismo al mercado de valores.

Y es que el conflicto comercial ha impactado de forma importante en las divisas de toda la región latinoamericana, siendo la divisa mexicana la más alcista entre los principales cruces frente al dólar este 2019. Según los analistas, el peso podría cotizar a finales de año entre los 19.80 o los 20.20 pesos por dólar.

La relajación de la política monetaria de numerosos países y de la Fed en particular, también ha contribuido al fortalecimiento del peso debido al amplio diferencial de interés que disfruta la moneda.

Desde finales de agosto hasta principios de semana, el peso tiene una apreciación frente al dólar de 4,57%. Además, los resultados financieros del tercer trimestre del año que cotizan en la Bolsa mexicana superaron las estimaciones de los analistas.

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Aprobación del T-MEC

No obstante, hay que tener en cuenta que los dos últimos meses del año siempre han sido meses adversos para el peso. Por eso los acontecimientos políticos que ocurran durante noviembre y diciembre serán claves para la evolución de la moneda mexicana.

Por ejemplo, cualquier paso en falso del Gobierno de Donald Trump podría provocar que el gigante asiático tomara fuertes represalias para defender sus intereses de desarrollo. Esto provocaría una mayor demanda del dólar por parte de los inversionistas, al ser considerado un activo refugio, lo que provocaría una apreciación frente al resto de monedas del mundo, entre ellos el peso mexicano.

Por otra parte, el Producto Interior Bruto (PIB) del país durante este tercer trimestre registró una baja anual de 0.4%, principalmente como resultado de la trayectoria de la inversión. Algo que preocupa especialmente al Banco de México, que ha fijado su previsión de crecimiento de un 0.2% para este año.

Según las últimas comunicaciones del Banco, se prevé que la actividad económica del país se recupere gradualmente en 2020. Además, la economía enfrenta una serie de riesgos a la baja como es la desaceleración de la actividad económica exterior, especialmente en EE.UU.; un agudizamiento de las tendencias proteccionistas globales; una revisión a la baja de la calificación crediticia soberana o de Pemex; tendencia a la baja de la productividad; o la persistencia de la incertidumbre asociada a factores internos.

En contraposición, una posible aprobación las próximas semanas del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, el llamado T-MEC, beneficiaria de forma importante al IPC y a la cotización del peso mexicano, que durante los últimos días se ha situado alrededor de los 19.09.

De hecho, según palabras del subsecretario para América del Norte, Jesús Seade, EE.UU. podría comenzar en las próximas semanas el proceso de aprobación.

En vista de los riesgos a los que la economía mexicana se enfrentará los próximos meses, será fundamental mantener una política monetaria prudente y la implementación de acciones decididas para incrementar la productividad y, en general, el crecimiento potencial.

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