En la Mira / Hector Estrada

Listos «los gallos» en la contienda electoral por Tuxtla

Después de más de dos años de descaradas campañas anticipadas, procesos de desarticulación a partidos de oposición y recientes guerras sucias contra figuras púbicas incomodas para los planes del «poder en turno», este fin de semana finalmente concluyó el registro de candidatos para contender por las 122 alcaldías y 41 diputaciones locales en Chiapas.
Nada sorpresivo resultó el registro final de planillas electorales, con candidaturas prácticamente anunciadas con meses de antelación y vergonzosas traiciones que sólo confirmaron la avaricia, falta de convicciones y ambición de algunos viejos personajes de la política local que insisten en mantenerse con algún «hueso en la boca».
En torno a la contienda electoral por la capital chiapaneca, que resulta la de mayor impacto, proyección y bastión de votantes, los nombres finalmente registrados eran de esperarse y, seguramente, cerrarán la competencia a dos o tres posibilidades.
De un lado se encuentra Luis Fernando Castellanos Cal y Mayor como el alfil del actual «gobierno verde» en Chiapas. Ha posicionado su nombre e imagen desde hace sólo un par de años mediante una intensa y costosa campaña publicitaria que hace recordar un poco la estrategia utilizada por su padrino político.
Desde su llegada a la diputación local se ha convertido en el protagonista predilecto de las portadas de periódicos y revista, con despliegues constantes de propaganda completa en espectaculares, bardas, camiones, anuncios de internet y presencia en medios electrónicos que lo han mantenido en el «estrellato público» casi de manera permanente.
Con la injerencia directa de «su imagen» en la distribución de las canastas alimentarias (despensas) repartidas a través de los comités vecinales y la entrega de apoyos de otros programas gubernamentales a las mismas estructuras votantes, sin duda Luis Fernando es hoy por hoy el candidato oficial a vencer.
En la otra trinchera se logró colar un viejo conocido en Tuxtla Gutiérrez. Después de una intensa negociación (jaloneo) dentro de la cúpula panista, Francisco Rojas Toledo consiguió su registro para contender por el PAN en busca nuevamente de la alcaldía capitalina.
Por casi cinco años Rojas Toledo permaneció fuera de los reflectores públicos. Fue el veto recibido por parte del gobierno de Juan Sabines Guerrero para sacarlo de la jugada y borrarlo de la escena política chiapaneca, por lo que el controvertido Paco Rojas se vio prácticamente obligado a dedicarse exclusivamente al negocio médico de la familia.
No se escuchó nada de él, hasta a finales del año pasado cuando volvió a emitir declaraciones y salir del anonimato. Fue prácticamente durante los últimos tres meses cuando su participación en la política local volvió a ser constante mediante críticas a los gobiernos municipal y estatal, haciendo públicas sus intenciones para gobernar nuevamente Tuxtla Gutiérrez.
Su estrepitoso repunte en las preferencias electorales llegaron al clímax hace sólo un par de semanas con la difusión de un videoescandalo que lo acusó de recibir poco más de 100 mil pesos a manos de un empresario poblano. Con todo y eso, hoy Paco Rojas se coloca como uno de los contendientes más fuertes para el ayuntamiento tuxtleco y, en una de esas, podría dar la sorpresa de vencer al aparato gubernamental.
Pero la elección en Tuxtla también cuenta con nuevas opciones que podrían beneficiarse por la sinergia nacional de las candidaturas independientes. Se trata de Rafael Jiménez Arrechar, primer candidato independiente a la Presidencia Municipal de la capital estatal, quien no cuenta con los mismos presupuestos que los candidatos partidistas, pero sí con la confianza que implica ser un candidato sin partido político.
Aunque Jiménez Arrechar cuenta con historial de militancia en el PRD y una candidatura en Morena, al igual que el famoso Bronco, la determinación de haber renunciado a la protección y apoyo de los partidos políticos lo hace un candidato de mayor afinidad a la ciudadanía y amplias posibilidades de alcanzar los cuantiosos sufragios indecisos.
Sin descartar el voto duro de Morena que ya demostró su «músculo» en las pasadas elecciones federales, ese es el panorama que pinta ya para la contienda electoral que viene en Julio, donde ahora si hay opciones y quedará en poder de los votantes no acarreados decidir la inclinación final de la balanza que determinará en las urnas al próximo gobierno de la capital chiapaneca.

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