En la Mira / Hector Estrada

Este 26 de junio nuevamente ganó la libertad y la justicia

[dropcap]E[/dropcap]n menos de 15 días dos hechos históricos de reconocimiento a los derechos universales han demostrado nuevamente que las luchas sociales, la aplicación imparcial del Estado de Derecho y la sensibilización hacia las causas justas sí logran que las cosas cambien y los tiempos de justicia social finalmente lleguen.
Apenas el pasado 12 de junio la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en México emitió una resolución de jurisprudencia sobre de los códigos civiles que prohíban el matrimonio entre personas del mismo sexo, por lo que se obliga a los jueces de todo el país a otorgar amparos a las parejas homosexuales de los estados donde las leyes civiles todavía no permiten ese derecho.
Aunque aún no se exige reformar los códigos civiles estatales, con la resolución de la SCJN se abre la posibilidad (mediante el amparo inmediato) de acceder al matrimonio civil y su reconocimiento en todas las entidades del país, con los derechos legales que cualquier otro matrimonio posee ante la Federación.
Este viernes, a sólo 13 días de sucedido en México, otro hecho histórico de mayor escala se registró en los Estados Unidos donde con una votación de 5 votos a favor y 4 en contra, la Corte Suprema de Estados Unidos legalizó el matrimonio entre parejas del mismo sexo en todo el país.
La enmienda 14 establece que los estados deben permitir el matrimonio de parejas homosexuales. Según esta votación, los estados ahora están obligados a reconocer las uniones entre dos personas del mismo sexo si esa unión fue legal, con licencia, y aunque se haya celebrado en otro estado.
Medios estadounidenses e internacionales, incluso, compararon la decisión de la Corte con la que en 1954 ilegalizó la segregación racial en las escuelas, cerrando así una era de discriminación hacia otro sector social que ha luchado por los derechos igualitarios durante décadas.
El mayor aliciente a esta decisión llegó de todos lados. El propio Presidente de los Estados Unidos, su esposa, medios de comunicación, políticos y figuras públicas de varias partes del mundo, empresas internacionales y un buen número de la sociedad civil expresaron inmediatamente su respaldo con campañas y muestras de apoyo a este hecho.
Como se ha demostrado en otras etapas de la historia mundial, lo sucedido en Estados Unidos este 26 de junio de 2015 no sólo cambia la historia de ese país, seguramente, estará cambiando las directrices para otras tantas naciones ligadas a la primera potencia mundial en un nuevo contexto de reconocimiento a las diferencias y los derechos humanos.
Porque no se trata exclusivamente del derecho al matrimonio civil, se sustenta como el mayor reconocimiento de la ley a la homosexualidad y, por lo tanto, a las parejas del mismo sexo que han existido a lo largo de los siglos, que se han tenido que esconder por el miedo al rechazo o hasta castigos penales que algunos países retrógradas aplican por el sólo hecho de haber nacido así.
Por eso, estos grandes logros no son festejo exclusivo de los homosexuales. Como en su momento fueron las victorias por los derechos de civiles de los indígenas, las mujeres, las personas de raza negra y otros tantos sectores antes maginados por la ley, el triunfo es nuevamente de la libertad, justicia y la equidad, de la humanidad como raza en busca de un mundo justo y de convivencia armónica.

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