En la Mira / Hector Estrada

Autoridades inútiles ante la Chinkungunya

La progresiva proliferación del virus Chinkungunya entre a población chiapaneca durante los últimos meses ha dejado en claro a las autoridades de salud en Chiapas que la contingencia las ha rebasado. Su ineficiencia y falta de capacidad para controlar el índice de contagios han dejado como resultado una población enferma, con hospitales repletos y cifras que distan mucho de la realidad.
No es necesario recudir a las declaraciones de los responsables de las políticas de salud en Chiapas para conocer la grave situación. Es cuestión de preguntar a familiares, amigos o compañeros de trabajo para saber que al menos hay uno o dos conocidos que padecen o han padecido recientemente esta terrible enfermedad.
Simplemente acuda a usted a los hospitales de la costa o centro del estado para observar y constatar a la gran cantidad de pacientes con los mismos síntomas incapacitantes. Y son sólo unos de los otros tantos que terminan acudiendo a médicos particulares, o simplemente aguardando el paso de la enfermedad al interior de sus hogares sin formar parte de los registros médicos.
Sin embargo, aunque la realidad parezca alarmante, para las autoridades locales en materia de salud actualmente únicamente existen 398 casos confirmados de Chinkungunya en Chiapas en todo un año (de junio de 2014 a junio de 2015), es decir, un promedio de sólo ocho casos por semana en toda la entidad chiapaneca.
Resulta obvio que las cifras oficiales se encuentran muy lejos del verdadero índice de contagios, de la realidad que se palpa día a día en las escuelas, centros de trabajo y hospitales. Es evidente que, al menos en Chiapas, no existe un control estadístico eficiente que magnifique la problemática a su verdadera escala. O tal vez sólo se traten de cifras convenientes para las autoridades locales.
Lo que está a la vista de todos es que en pleno mes de junio aún existen en Tuxtla Gutiérrez un importante número de colonias donde las brigadas de nebulización han brillado por su ausencia o simplemente han tenido una presencia raquítica.
Las medidas de descacharramiento han sido prácticamente inexistentes y las campañas de prevención en medios de comunicación por parte de las autoridades de salud en Chiapas se han quedado exclusivamente en los buenos deseos. Esa es la situación que hoy enfrenta la entidad ante una contingencia atípica.
Para nadie es un secreto que la reacción de la Secretaría de Salud en Chiapas, las Jurisdicciones Sanitarias federales en la entidad y el resto de las instancias implicadas ha sido ineficiente. Se trata de una epidemia que se ha salido de sus manos y que hoy parecen intentar ignorar, dejando la responsabilidad en la misma población que con sus propios recursos hoy hace le frente a la Chikungunya.
Lo alarmante del caso es que el principal periodo de lluvias aún está por comenzar y con ello también aumento en la disponibilidad de criaderos de mosquitos, por lo que los índices de contagios podrían dispararse con mayor intensidad sin medidas de control y autoridades a la altura de semejante contingencia. Así las cosas en Chiapas.

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