En la Mira / Hector Estrada

Los candidatos oficiales y sus excesivas campañas

Cumplida justo la mitad de los tiempos de campaña, el panorama electoral en Chiapas no dista mucho de lo que parecía predecible, con contiendas descaradamente inequitativas, candidatos oficiales llenando a sus municipios de propaganda, candidatos de oposición bloqueados mediáticamente y árbitros electorales convenientemente ineficaces.
En Casa de Gobierno el reparto de las alcaldías y las diputaciones locales se acordó con antelación para que todos los «amigos» estuvieran en conformidad. No resulta nada nuevo ese tipo de acuerdos en lo «oscurito», sin embargo, lo cierto es que el modus operandi se ha vuelto más cínico y descarado con el paso del tiempo.
En Tapachula se pagó la dote a Roberto Albores Gleason con la postulación del priista Neftalí del Toro quien hoy tiene a la perla del Soconusco desbordada de propaganda, sin control y sin espacios para los adversarios, y otros tantos paleros de partidos a modo, que parecen estar resignados a la derrota el próximo 19 de julio.
En Comitán está cantado prácticamente Mario Guillén que cuenta con toda la cargada de Palacio de Gobierno para mantener la hegemonía verde en la ciudad natal de la madre del Gobernador. Ahí las estrategias definitivamente no pueden fallar, pues para ello los partidos adversarios han sido desarticulados con mucha antelación.
Para San Cristóbal de las Casas se está cocinando una de las cuartadas políticas más cínicas que se hayan visto en Chiapas durante los últimos años. Y es que, pese a las constantes anomalías, pruebas contundentes de los excesos, uso de recursos públicos para financiar las actividades del partido y hasta una muerte en uno de sus eventos organizados, Mover a Chiapas de Enoc Hernández podría quedarse con la alcaldía.
Aunque resulte difícil de creer, regalar la Presidencia Municipal coleta a Enoc podría consumar otro de los tantos caprichos de quien hoy también gobierna a Chiapas desde DIF estatal. Así, y aunque esa alcaldía se había prometido a «los rojos» como parte de la coalición PRI-PVEM, la sorpresa podría concretarse en justo tres semanas.
En Tuxtla las cosas no parecen estar tan fáciles para el candidato oficial. La estrecha relación de Castellano Cal y Mayor con Casa de Gobierno, además de los excesos, su vinculación con personajes «turbios», su penosa detención con más de un millón de pesos en el aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez y la integración de su planilla con personajes ligados a Yassir Vázquez y Juan Sabines Guerrero lo tienen muy mal posicionado en la opinión pública.
Sólo es cuestión de preguntar en las calles o escudriñar en las redes sociales para conocer una percepción social que definitivamente no le favorece mucho. Todo pese al despliegue de apabullante propaganda en espacios publicitarios controlados por un Estado que mantiene condicionados a los dueños de espectaculares, pantallas, cines y medios impresos para colocar sólo la propaganda autorizada con tal de no perder los jugosos contratos anuales con Gobierno.
Como ejemplo, pregunte usted a los empresarios de Cinepolis Chiapas, quienes fueron obligados a romper el contrato establecido con el candidato de Acción Nacional en Tuxtla Gutiérrez y devolver el dinero pagado por órdenes «superiores» a fin de sólo trasmitir la propaganda del candidato oficial. No crea que es casualidad la casi inexistente propaganda de otros candidatos en medios ajenos a las redes sociales.
Y es que en Tuxtla, pese a la orden el Instituto Nacional Electoral (INE) para modificar el spot televisivo del Castellanos Cal y Mayor, hasta este fin de semana el comercial seguía trasmitiéndose sin cambio alguno en canales de cobertura nacional ante la complicidad permisiva de autoridades el IEPC y la propia delegación de INE en Chiapas.
Así comienza la recta final para las elecciones locales del próximo 19 de julio donde las cartas ya están en juego y los candidatos están en tiempo de realizar sus últimos movimientos para convencer al electorado indeciso que es realmente quien, si así lo decide, tendrá la determinación final en sus manos.

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