En la Mira / Hector Estrada

¿Quién protege a Juan Sabines?

Entre tanta muestra de inconformidad ciudadana y la falta de posicionamientos públicos por parte de políticos, líderes empresariales y representantes populares, una pregunta surge tras el nuevo nombramiento de Juan Sabines Guerrero: ¿Quién o quiénes intervinieron para que el ex gobernador de Chiapas llegara impunemente al Consulado de México en Orlando, Florida?
Para nadie es un secreto que ese tipo de cargos públicos no se obtienen con méritos profesionales o concursos de currículos. En la gran mayoría de los casos, esos cargos diplomáticos son repartidos como pago de favores políticos a personajes incómodos que necesitan del exilio conveniente para seguir viviendo del erario público.
No es necesario enumerar la lista de acusaciones que pesan sobre el antecesor de Manuel Velasco Coello. Es información del conocimiento público que hoy mantienen a Sabines Gurrero como uno de los ex gobernadores peor calificados, con los mayores niveles de rechazo social y una deuda millonaria que tiene a Chiapas sumida en la lista de las entidades más «hipotecadas» del país.
Han pasado casi tres años de su salida y evidentemente nada se ha hecho para llamarlo a rendir cuentas. El silencio casi cómplice de las autoridades que secundaron su administración lo mantienen a él y a sus funcionarios públicos en absoluta impunidad.
Fueron los propios diputados del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Partido Revolucionario Institucional (PRI) quienes presentaron y aprobaron la última Cuenta Pública del «gobierno sabinista». Son los mismos que hoy también están siendo premiados con diputaciones federales y candidaturas a presidencias municipales.
Por eso no debería extrañar la nueva investidura obsequiada a Sabines Guerrero. Resulta obvio que la instrucción llegó con la aprobación de la Presidencia de la República como resultados de un acuerdo entre altas cúpulas del poder actual para pagar «deudas de honor».
El mensaje emitido desde la cuenta oficial de twitter de Juan Sabines Guerrero hace ya varias semanas para adelantar su nombramiento no fue gratuito. Tenía un mensaje claro y preciso para sus detractores que lo pensaban débil y disminuido. Con el mismo desparpajo como el que gobernó Chiapas dejó en claro que aún manda y puede mover voluntades a su antojo.
Deduzca usted; ¿Quién podría tener actualmente la cercanía suficiente con Presidencia de la República para solicitar el otorgamiento de un consulado para Juan Sabines Guerrero? Quién o quiénes para pedir semejante favor a Peña Nieto, Osorio Chong o al secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, a quien, por cierto, se le ha visto mucho por Chiapas.
¿Quién sigue protegiendo y otorgando cínica impunidad a Sabines Guerrero en Chiapas pese al desbordante reclamo de justicia social? Esa es la pregunta que se hacen muchos chiapanecos para quienes, sin querer ser mal pensados, la respuesta pareciera obvia.
Porque aquí sólo hay de dos opciones, o el ex gobernador hizo poderosos vínculos con los nuevos funcionarios federales de alto nivel o definitivamente tiene «bien pisada la cola» a alguien poderoso en Chiapas que lo mantiene protegido por obvias razones de conveniencia.
Mientras las respuestas y las medidas de justicia sigan siendo las principales ausentes en esta historia de corrupción, a los chiapanecos les seguirán mintiendo y escupiendo la cara con acciones tan grotescas y cínicas como las que hoy vuelven a hacer de Juan Sabines Guerrero el protagonista la indignación ciudadana.

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