En la Mira / Hector Estrada

«Las limosnas» del IMSS para los afectados de Simojovel

[dropcap]T[/dropcap]ras cumplirse 20 días del escándalo nacional generado por la muerte de dos bebés en el municipio de Simojovel, debido a la contaminación de vacunas suministradas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la agitación social e inconformidad entre los habitantes de la comunidad «La Pimienta» se mantiene igual de efervescente.
El pésimo manejo de la situación por parte de las autoridades federales ha alimentado la inconformidad con el paso de las semanas. Se trata de un problema que evidentemente se le ha salido de las manos al IMSS como consecuencia de la falta de tacto social, prudencia y eficacia para dar atención a una treintena de familias involucradas en tan lamentable caso.
Y es que, aunado al cúmulo de errores en los procedimientos para hacer frente a dicha crisis, el pasado miércoles, los padres de familia afectados por los procesos de vacunación anómalos y miles de habitantes de Simojovel salieron a las calles para mostrar su inconformidad ante las «mezquinas» indemnizaciones económicas que el IMSS pretende pagar por sus errores.
Aunque parezca un «chiste de mal gusto», el Instituto Mexicano del Seguro Social ha ofrecido a cada una de las 29 familias afectadas la ridícula cantidad de cinco mil pesos como «compensación y ayuda» por los gastos generados ante el mal manejo de las vacunas que significaron la muerte para dos bebés y casi cobran la vida de sus hijos.
Si bien no se trata de enriquecer a las familias afectadas por una tragedia, si resulta inaceptable que una institución federal como el IMSS se «burle de manera tan descarada» de las familias indígenas aquejadas por un evidente acto de negligencia en los estándares de sanidad y manejo de los insumos clínicos.
El cúmulo de errores secuenciales en torno al «Caso Simojovel» han sido constantes por parte de la institución que hoy dirige José Antonio González Anaya. Desde la prolongada demora para fijar una postura inmediata y una explicación convincente, hasta las fracasadas negociaciones para tranquilizar a las familias afectadas.
Aunque el IMSS no pretenda darle la importancia que merece, el «Caso Simojovel» no es un asunto que deba tomarse a la ligera. El expediente cuenta con víctimas fatales y una treintena de niños gravemente afectados en su estado de salud.
Como muestra de la gravedad basta recordar el caso de los 30 bebés muertos en Comitán hace alrededor de 10 años debido a evidentes deficiencias clínicas que, incluso, significaron una exhaustiva investigación, persecución judicial y juicio penal contra el ex gobernador Pabla Salazar Mendiguchía. Se trata, sin duda, de un asunto que debió tomarse con seriedad desde el principio.
Hoy sólo resta esperar a que quienes dirigen el IMSS entren en cordura, que conformen comisiones integradas por verdaderos expertos en situaciones de crisis para dar atención a un caso que se mantiene igual de «efervescente»; pero sobre todo establecer las medidas necesarias para evitar que lo sucedido en Simojovel no vuelva a repetirse en otro lugar del país.

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