En la Mira / Hector Estrada

La Chinkungunya fuera de todo control

¿A quién quiere engañar la Secretaría de Salud en Chiapas con sus disminuidas cifras sobre la incidencia de chinkungunya en la entidad? Pues mientras en las colonias, barrios y ejidos del estado los nuevos contagios se han vuelto incontrolables, para la dependencia estatal la epidemia parece ser un asunto que no requiere de mayores alarmas.
Hace un par de días el titular de la Secretaría de Salud en Chiapas, Francisco Javier Paniagua Morgan, dio a conocer que a poco más de ocho meses de que el virus de la chinkungunya llegara al estado, en la actualidad se tiene confirmados únicamente 564 casos que afectan a 52 de los 122 municipios que componen la geografía chiapaneca.
Para hacer un poco de números al respecto, sí las cifras de la dependencia son correctas, en promedio cada mes se han confirmado alrededor de 70 nuevos casos de chinkungunya en Chiapas, es decir, entre uno o dos nuevos casos mensuales confirmados en cada uno de los 52 municipios que la Secretaría de Salud tiene dentro del mapa de incidencias.
Así y aunque parezca increíble, para los números oficiales de los encargados de la salud pública en la entidad, la incidencia promedio ni siquiera rebasa los dos nuevos casos por municipio al mes en promedio. Para ellos los enfermos no son tantos como los que la gente reporta.
Y es que, aunque dijo que se han contabilizados alrededor nueve mil casos sospechosos, (cuatro mil 300 en Tuxtla, cuatro mil 200 en Tapachula, 957 en Tonalá y 92 Comitán), aclaró que en las situaciones donde no se tiene la confirmación también se incluyen aquellos cuadros febriles como el dengue y otras afectaciones parecidas a la chinkungunya.
Tomando en cuenta que los casos no confirmados podrían corresponder a padecimientos ajenos a la epidemia «de moda», todo parece indicar que para la Secretaría de Salud estatal estamos padeciendo una de las más grandes «psicosis colectivas» o «epidemias de hipocondriacos» en Chiapas, con enfermos que aseguran tener o haber tenido chinkungunya.
Lo que parece no querer asumir la dependencia estatal es que ha sido completamente rebasada por la epidemia, que sus acciones de combate han sido absolutamente ineficientes, que no ha tenido la capacidad para dar atención a los tantos enfermos que diariamente se suman a las estadísticas «no oficiales».
Más allá de los rumores infundados que aseguran el desvío indebido de recursos al interior de la Secretaría de Salud para fines electorales, la falta de presupuesto para atender la emergencia real y la compra de material de fumigación de dudosa calidad, lo cierto es que la atención de la epidemia ha quedado en manos de la misma población que hoy hace uso de sus propios métodos y recursos para atender a sus enfermos.
Queda claro que pese a la situación que ahora se enfrenta en Chiapas, las autoridades responsables no aceptarán la dimensión real del problema. Su actuar irresponsable ante la contingencia sigue cobrando la factura directa a la población vulnerable que definitivamente se encuentra huérfana ante instituciones salubres verdaderamente inútiles.

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