En la Mira / Hector Estrada

Rubén y Nadia, ejemplos del México intolerante

[dropcap]P[/dropcap]ara nadie es un secreto que el periodismo y el activismo son actividades peligrosas e indiscutiblemente ligadas por su naturaleza social, por su función esencial como conducto de voz a la denuncia, como medio de desfogue a esa realidad que resulta incómoda para muchos empoderados dispuestos a pasar sobre el derecho de otros.
Por eso cuando un periodista o un activista es agredido o asesinado nos duele a todos. Por eso las alarmas suenan con mayor fuerza. Porque a través de sus cámaras, textos o voces, el clamor de muchos más puede ser visto, escuchado o leído. Porque cuando un periodista o activista es acallado por la fuerza, la sociedad misma es silenciada.
El cobarde asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera, junto a otras tres mujeres, es un vergonzoso ejemplo del México violento. De ese país infestado de empoderados intolerantes, dispuestos a arrebatarle la vida a quienes se atrevan a criticarlos o denunciar sus arbitrariedades.
Ambos habían denunciado públicamente las amenazas del gobierno que encabeza Javier Duarte en su contra. El propio Rubén Espinosa había señalado que su salida de Veracruz correspondía a motivos de seguridad. Había expresado la existencia de persecuciones sospechosas en el mismo Distrito Federal donde se «exiliaba» para proteger su vida.
De Nadia Vera constan videos públicos donde acusa agresiones por parte de policías del Gobierno de Veracruz, vestidos de civiles, debido a protestas pacíficas en contra de la administración estatal. Además de denuncias sobre amenazas que han quedado ya como parte de los expedientes judiciales.
Pese a todos los antecedentes, ninguno recibió protección policial por parte de las autoridades correspondientes. Ninguno recibió atención especializada por su condición de alto riesgo. Hasta que finalmente sus cuerpos fueron encontrados violentados de forma aberrante y ultimados con el tiro de gracia.
El caso de Rubén y Nadia, junto con las otras tres víctimas, es el un ejemplo explosivo de una realidad que parece querer ignorarse. Y es que, las agresiones contra periodistas en México durante el primer semestre de 2015 aumentaron 39.26% respecto de la cifra registrada en el mismo periodo de 2014, de acuerdo con un reporte publicado el 6 de julio por la organización Artículo 19.
De acuerdo a esta misma agrupación civil, Veracruz continúa como una de las regiones más peligrosas para la prensa en todo el mundo. En lo que va del año se han registrado tres asesinatos que suman ya 18 desde el año 2000.
En territorio veracruzano, según Articulo 19, durante el primer semestre del año se documentaron los asesinatos de Moisés Sánchez, Armando Saldaña y Juan Mendoza. Con nueve casos, Veracruz es el estado que registró más violencia contra mujeres periodistas en el lapso mencionado.
Aunque Veracruz es el ejemplo más escandaloso, la violencia contra el ejercicio periodístico y el activismo social son hechos que suceden con notoria recurrencia en todos los rincones de México. Se trata de casos alarmantes que no deben pasar inadvertidos y deben sumarnos a todos en una sola exigencia de justicia y respeto a la libertad misma.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *