En la Mira / Hector Estrada

Foto: Ciudadanos en Red

El dengue asesino que recorre Chiapas

Los nombres de las víctimas de la epidemia del dengue hemorrágico en Chiapas, principalmente niños, siguen inundando las redes sociales e incrementando las cifras extraoficiales. La información vertida en redes sociales sobre enfermos y decesos ha desatado una inevitable psicosis colectiva ante lo que parece una alerta silenciosa muy distante a la realidad de los hechos.
De acuerdo a cifras de la Secretaría de Salud, hasta el momento se han contabilizado 15 muertes por dengue en Chiapas. Se tiene reportados más de dos mil enfermos confirmados de un total de seis mil casos probables en investigación. La incidencia de 2018 ha mostrado un repunte de casi el doble en comparación con lo registrado durante los últimos dos años.
Desde 2012 no se había presentado una incidencia tan alta respecto a la cantidad de casos reportados ante las instituciones de salud. Sin embargo, lo que ha desatado las alarmas tiene que ver con la agresividad de los síntomas y el índice de mortalidad. Los nombres de enfermos y víctimas parecen desfilar cada día entre las redes sociales y los comentarios de pasillo como hace mucho no se veía.
Entonces ¿Por qué la presencia del dengue este año ha sido más agresiva y letal en comparación con los últimos años? ¿Por qué son los niños las principales víctimas de la epidemia que sacude a Chiapas este 2018? La respuesta es muy sencilla, pero poco conocida.
Este año el serotipo de dengue que ha ingresado a Chiapas y se ha proliferado es una variación que no había tenido semejante presencia desde hace casi 16 años. Se trata del serotipo dos y tuvo su último gran impacto letal en la población chiapaneca en 2002. Había transcurrido más de una década y media que dicha variación de dengue se había mantenido bajo control, fuera de los cercos sanitarios.
Muchos de los que vivieron esa última gran oleada del serotipo dos en Chiapas lograron desarrollar cierta inmunidad a dicha variación. Desde entonces fue el serotipo número uno el único que se mantuvo en circulación permanentemente dentro de la entidad. Pero la brecha también abrió un nuevo riesgo a las nuevas generaciones que inevitablemente perdieron la inmunidad generacional.
Por eso, con el regreso del serotipo dos este año, la letalidad ha mostrado un repunte dramático. A eso se debe que sean los menores de edad quienes padezcan hoy los más agresivos efectos al contagio. Se trata pues de una alerta epidemiológica grave por las circunstancias y el contexto en que se sigue desarrollando dentro de los municipios chiapanecos.
Este año más del 70 por ciento de los muertos por dengue en Chiapas son niños, y eso amerita medidas especiales más allá de las brigadas de fumigación. Se requieren acciones responsables por parte de las autoridades para informar sobre la realidad completa de lo que sucede. Han faltado campañas informativas para concientizar a los padres sobre los riesgos y las medidas preventivas que deben tomar. Guardar silencio o no dimensionar la alerta en sus niveles reales ha sido una decisión irresponsable.
Si los menores de 16 años están en riesgo elevado, por qué no se ha promovido insistentemente el uso de repelentes o pabellones mediante campañas de comunicación urgentes. Por qué se ha minimizado una alerta epidemiológica que ha cobrado vidas de tantos niños, que no necesitan aglutinar una cifra de cientos o miles para doler en lo profundo.
No queda de otra que tomar conciencia desde la ciudadanía para asumir las medidas preventivas correspondientes para cuidado de los niños y niñas. Finalmente no hay acciones de prevención que sobren cuando está de por medio la vida de quienes más queremos… así las cosas.

(2002) el serotipo de dengue que ha circulado en Chiapas ha sido el tipo 1. Durante este periodo Serotipo 2

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