En la Mira / Hector Estrada

Morales miente; inseguridad en Tuxtla si aumentó

[dropcap]E[/dropcap]n medio de la preocupación ciudadana por la ola de violencia que afecta a la capital chiapaneca, el gobierno municipal que hoy encabeza Carlos Morales Vázquez parece haber decidido asumir una postura de indiferencia y arrogancia absoluta para hacer frente a un problema de inseguridad que, según sus propias cifras, simplemente «no existe».
Y es que, pese a las de protestas públicas y el malestar ciudadano casi generalizado, en días pasados el ayuntamiento decidió utilizar al Consejo Consultivo Ciudadano para responder a las críticas, intentar desmentir los señalamientos y hasta recibir un reconocimiento por, supuestamente, haber disminuido las cifras de inseguridad.
La actitud cayó como «balde de agua fría» a miles de habitantes de Tuxtla Gutiérrez que recibieron dicha distinción como una verdadera grosería. Y no es para menos. Las dolorosas evidencias y casos documentados día tras día hablan por sí solos. Pero, ¿qué tan ciertas son dichas cifras presentadas para hacer al gobierno municipal merecedor del controversial reconocimiento?
La verdad a todo esto es que los números del Consejo Consultivo Ciudadano son bastante inexactos, y Carlos Morales ha mentido gravemente para justificar su soberbia… Así lo demuestra el último informe presentado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) cuyos datos corroboran que la inseguridad en Tuxtla Gutiérrez sí se ha incrementado.
De acuerdo a estadísticas comparativas del SESNSP, hechas públicas recientemente mediante el portal oficial del gobierno federal, entre el primer semestre de 2018 y 2019, el índice de robo a casa habitación en la capital chiapaneca registró un aumento de alrededor del 50 por ciento, pasando de 170 casos en 2018 a 251 el presente año.
Los homicidios con arma blanca pasaron de sólo dos en 2018 a seis durante el año en curso. Sin embargo, uno de los repuntes más preocupantes tiene que ver con la incidencia de robo a transeúnte, y es que, mientras el año pasado se registraron 227 denuncias por ese delito, en 2019 la cifra se elevó a 324 casos.
Las denuncias por violación simple pasaron de 53 el año pasado a 60 durante los primeros seis meses del año actual. Los casos de extorsión se incrementaron de 30 a 33; el robo a transporte público de 10 a 28 casos; y los asaltos a instituciones bancarias pasaron de sólo uno en 2018 a 6 en 2019. Siendo el robo a negocio uno de los procos indicadores que presentaron decrementos, pasando de 357 denuncias en 2018 a 326 este año.
Y así más cifras que, aunque presenten incrementos mínimos, contradicen en mucho los datos victoriosos del gobierno municipal. Los cuantiosos informes son corroborarles mediante la plataforma de transparencia https://www.gob.mx/sesnsp/acciones-y-programas/datos-abiertos-de-incidencia-delictiva?state=published, cuya última actualización data del 20 de julio pasado, dejando aún por contabilizar los escandalosos casos de violencia registrados el mes pasado.
Ya basta de tratar de reducir todo señalamiento y protesta a simples campañas de desprestigio, que seguro la hay, pero no pueden servir de excusa absoluta. El afán del ayuntamiento tuxtleco por minimizar la problemática sólo genera mayor incertidumbre y malestar social. Habla de un gobierno que ha decidido darle la espalda a la ciudadanía para forjar su propia «realidad a modo», evitar enfrentar la escabrosa problemática y hundir a Tuxtla en una sensación de orfandad bastante peligrosa… así las cosas.

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