En la Mira / Hector Estrada

Sabines, la nueva adquisición diplomática de la 4T

Mediante una decisión poco sorpresiva para algunos e indignante para otros más, Juan Sabines Guerrero se convirtió esta semana en el segundo ex gobernador chiapaneco incorporado a la lista de aliados activos dentro la cuarta transformación. Así lo dio a conocer este jueves el periódico Reforma que informó la reincorporación del ex mandatario chiapaneco como encargado del Consulado de México en Orlando, Florida.
Según los documentos oficiales en manos del medio nacional, la Secretaría de Relaciones Exteriores, a cargo de Marcelo Ebrard Casaubón, habría devuelto la titularidad del Consulado a Sabines Guerrero, luego de su renuncia presentada en diciembre del año pasado como parte del proceso de transición sexenal.
La noticia cayó como «balde de agua helada» a miles de habitantes en Chiapas, ya bastante agraviados por la impunidad otorgada por la administración de López Obrador a Velasco Cuello. Y es que, acaso Sabines y sus protectores creen que bastaron seis años para borrar de la memoria colectiva su oscura herencia sexenal. No, para su mala suerte las heridas financieras de su gobierno aún están bastante frescas.
Si bien la administración de Manuel Velasco podría catalogarse ya como el peor desastre gubernamental en la historia de Chiapas, los errores del «gobierno verde» tampoco son suficientes para hacer de Sabines Guerrero merecedor de aplausos o reivindicaciones históricas.
Las cifras oficiales no mienten. Juan Sabines Guerrero recibió al gobierno de Chiapas con un deuda pública de apenas 882 millones de pesos que entregó seis años después con un monto superior a los 16 mil millones, siendo hasta el momento en mayor endeudador en la historia de Chiapas.
Algo muy similar sucedió en la capital chiapaneca durante su gobierno como presidente municipal donde dejó una deuda de más de 380 millones de pesos y un amañado contrato con la empresa Proactiva que sigue provocando fuertes dolores de cabeza y varios millones de pesos en pagos mensuales.
Es verdad, durante el gobierno de Sabines Guerrero hubo dinero a manos llenas, pero es un derroche que los chiapanecos siguen pagando a tasas de interés bastante elevadas. La enorme deuda dejada por su gobierno y la rapacidad de la «administración verde» hicieron de los últimos seis años una combinación catastrófica para miles de familias chiapanecas.
Todo parece indicar que al gobierno de López Obrador le importan muy poco los agravios cometidos contra el pueblo de Chiapas. Las alianzas e incorporación de los más grandes saqueadores en la historia de la entidad resultan una afrenta grave para el sentir de un estado utilizado históricamente como botín para el intercambio de favores políticos.
¿Con qué calidad moral el ex gobernador reaparece en la escena pública, ahora como funcionario consular de la cuarta transformación?… Sabines y Velasco son dos de los peores errores que Chiapas ha cometido. El daño hecho por ambos mandatarios sigue sangrando a una entidad cansada de abusos, corrupción, endeudamiento desproporcionado y saqueo descarado que no puede repetirse jamás… así las cosas.

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