En la Mira / Hector Estrada

Imparable violencia asesina contra las mujeres en Chiapas

Los meses pasan y las cifras de violencia asesina contra las mujeres en Chiapas siguen acaparando los espacios de nota roja dentro de los medios de comunicación estatal. Es evidente que no es una situación fácil de afrontar. Se trata de un escenario donde las «Alertas de Género» han sido rebasadas, exponiendo las complejas entrañas sociales que dan origen a la problemática.
Y es que, las cifras no mienten, según datos del Observatorio Feminista Contra la Violencia Hacia las Mujeres, en Chiapas, del primero de diciembre al 31 de agosto de 2019, se registraron 139 muertes violentas de mujeres, 13 feminicidios, 172 desaparecidas y 54 tentativas de feminicidio.
Los feminicidios contra niñas y adolescentes en la entidad han ido en aumento según registros de 2011 y 2019. 53 niñas y adolescentes entre 11 y 17 años de edad han sido asesinadas. Se trata de un fenómeno de repunte a nivel nacional en el que, aunque resulte increíble, Chiapas no figura entre las 13 entidades de mayor incidencia.
Durante los primeros seis meses del año, el total de muertes en México alcanzó el registro de 470 mujeres, de las cuales 111 fueron asesinadas con arma de fuego, 99 con arma blanca, es decir objetos punzo cortantes, 239 con otro tipo de artefacto y de 22 se desconoce el objeto utilizado.
De entre los casos denunciados, se encuentran los delitos sexuales, donde las cifras suman 1,530 casos de abuso en tan solo un mes, dando una estadística en promedio de 51 mujeres agredidas sexualmente por día, dejando un margen de cifra negra en el que se desconoce a las víctimas y sin añadir a todas aquellas que guardan y/o guardaron silencio por miedo a represalias.
Y es que, de acuerdo al Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas (CDMCH) más de 60 por ciento de los casos de asesinatos cometidos contra mujeres son cometidos en zonas de alta marginación, en comunidades indígenas o ejidales de Chiapas, donde el rezago social y educativo sigue cobrando una cara factura a los grupos vulnerables.
Son historias donde, en su mayoría, el verdugo se encuentra próximo la víctima, en su círculo más cercano de amigos, en su familia, vive con ella o duerme con ella. Son dramáticos casos donde el enemigo o asesino latente se encuentra en casa.
En Chiapas, el 70 por ciento de los feminicidios se debe a la violencia doméstica, no familiar, pues en su gran mayoría son cometidos por la pareja sentimental de las víctimas, a diferencia de otros estados donde la mitad o más de la mitad de los victimarios no conocían previamente a sus víctimas.
Los feminicidios en la entidad chiapaneca son una problemática que debe enfrentarse de raíz, en la estructura social, en las escuelas y en la familia. Es un tema que debe ser atendido por las autoridades educativas y las responsables de los programas de desarrollo social, a fin de evitar que –como hoy sucede- termine siendo menester judicial.
Es un asunto más complejo de lo que parece. Es en tema de violencia misma que deberá ser atacado de fondo, en la familia, en las escuelas y mediante políticas públicas efectivas de permitan formar hombres menos violentos, mujeres más conciende los riesgos que implica la violencia y organos de justicia más comprometidos con la provención… así las cosas.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *