En la Mira / Hector Estrada

«Los hornos» para la alcaldía tuxtleca están encendidos

Aunque faltan casi dos semanas para el inicio formal de las campañas locales, la contienda electoral por el principal copo de poder municipal en Chiapas, la Presidencia de Tuxtla Gutiérrez, ha comenzado encender los hornos donde seguramente con el paso de las semanas más de uno saldrá «quemado».
Este lunes le tocó a Francisco Rojas Toledo quien, al más puro estilo de René Bejarano, fue exhibido en un video, popularizado mediante las redes sociales, donde presuntamente se ve al panista recibiendo fajos de dinero dentro de una caja de zapatos.
Según el breve video publicado por Reporte índigo, que dura poco menos de cuatro minutos, Rojas Toledo habría recibido dinero de parte de un «empresario constructor» del estado de Puebla que no fue identificado y que, supuestamente, ayudaría a financiar la campaña de Francisco Rojas rumbo a la alcaldía de la capital chiapaneca.
No demoró más de 10 horas para que el nombre del empresario saliera del anonimato en voz del propio Francisco Rojas. Se trata de Francisco Martínez con quien Rojas Toledo se habría reunido el paso 2 de septiembre de 2014 en restaurante Angus de Tuxtla Gutiérrez.
Según la explicación en video hecha por el ex alcalde tuxtleco, mejor conocido como Paco Rojas, el dinero sumaba la cantidad 120 mil pesos y habría sido donada por el empresario poblano para financiar las brigadas de salud que Rojas encabeza a través de su organización médica no gubernamental.
Aseguró, incluso, que esa no ha sido la única donación en efectivo que ha recibido por parte de empresarios para financiar dichas brigadas médicas, y reconoció haber «bromeado» sobre el tema con quien –dijo- considerar en ese momento «un amigo».
Más allá de la veracidad de los hechos o los argumentos expuestos por Rojas Toledo, lo que resulta innegable en este escándalo es el evidente montaje orquestado por los enemigos del ex panista. Una «puesta en escena» menos sutil que las de las peores telenovelas mexicanas en la que el ex alcalde «cayó redondito».
No se necesita ser un erudito para adivinar la autoría del video. Las cámaras parecen estar colocadas justo para captar el bochornoso episodio. Con ángulos casi verticales que pocas cámaras de seguridad tienen, y tomas de video con mejores ángulos que los de algunos canales locales de televisión.
El empresario parece tener las frases comprometedoras «aprendidas de memoria». El constante uso de la palabra «moches» o la forma tan poco discreta para vaciar los fajos de billetes sobre la mesa hacen dudar al más crédulo sobre la naturaleza de esa situación.
Paco Rojas tampoco puede ser considerado la víctima absoluta o la encarnación de la «santidad» como algunos de sus detractores señalan para mofarse de él. Tiene sus culpas selladas por la falta de astucia, pericia y hasta inocencia absurda por parte de un político como él, que definitivamente ya «no se cuece al primer hervor».
La contratación de ganchos (como el empresario poblano) para propiciar el encuentro, la elaboración del montaje en restaurantes públicos, la producción, edición y el pago de medios nacionales para firmar el video hablan de una cosa indiscutible: la preocupación que existe en los adversarios del panista para ponerle el pie y sacarlo de la jugada. Porque ahora sí puede darse por iniciada la contienda rumbo a la alcaldía tuxtleca.

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