En la Mira / Hector Estrada

Las últimas extorsiones de Pinot en el Suicobach

En el limbo jurídico de la ilegalidad y en la plena agonía de su poder al frente del Sindicato Único Independiente del Colegio de Bachilleres de Chiapas (Suicobach), Víctor Manuel Pinot Juárez se aferra hoy a sus últimas maniobras de extorsión para postergar nuevamente las elecciones de la dirigencia sindical y estirar así sus resquicios finales de poder al frente del organismo gremial.

La serie de movilizaciones orquestadas por él y su grupo de seguidores, también enquistados desde hace años en el comité ejecutivo, no son fortuitas. La marcha organizada la semana pasada en la que, según sus opositores, participaron personas ajenas al Colegio de Bachilleres para engordar el contingente no resultó como esperaba.

El objetivo claro de Pino era mostrar su «músculo de movilización» para abrir las puertas de palacio de gobierno y facilitar una negación que favoreciera su posible permanencia en la dirigencia. Pero no logró llamar la atención y mucho menos engañar a quienes despachan al interior del edificio. Más allá del caos vehicular de ese día, la movilización de cacique sindical pasó políticamente desapercibida, incluso para buena parte de la agenda mediática.

Sus intenciones disfrazadas de exigencias laborales terminaron siendo empañadas por el anuncio del cierre de playas, las protestas desatadas y la controversia generada por ello. Pinot observó con atención el éxito de los bloqueos carreteros realizados por los prestadores de servicios turísticos y decidió utilizar la misma fórmula. Por eso el cambió de estrategias, optando por tomar carreteras esta semana.

Sin embargo, la mala noticia para Víctor Manuel Pinot es que ya muy pocos creen en él y sus intenciones. Lamentablemente, para él, ya no cuenta con el respaldo de la mayoría de los trabajadores agremiados al Suicobach. Por eso su desesperación. Porque sabe que las próximas elecciones, que debieron realizarse desde el año pasado, no lo van a favorecer en las votaciones.

La careta de Pinot se ha caído con el paso de los años. Hoy la base trabajadora conoce perfectamente sus intenciones y la nube de corrupción que lo rodea. Sabe perfectamente que no es de confiar, pues está dispuesto a negociar con las autoridades para guardar silencio y recibir sus respectivas tajadas, incluso, a cambio de las propias prestaciones laborales, jubilaciones o fondos para el retiro.

La cadena de irregularidades en torno a la gestión de Víctor Manuel Pinot son asunto ya del dominio público. El más reciente caso de complicidades y omisiones sospechosas que involucran al aún líder del SUICOBACH tiene que ver con el escándalo desatado por el presunto desfalco millonario al fondo de jubilaciones durante la administración de Jorge Enrique Hernández Bielma como director general del Colegio de Bachilleres.

Y es que, desde finales de 2017 la administración de Hernández Bielma inició -a escondidas- los trámites de jubilación para miles de trabajadores ante las autoridades hacendarias; recibió el depósito de los pagos respectivos, pero nunca entregó el dinero correspondiente a cada uno de los beneficiarios. Todo ante el silencio de Pinot Juárez y su mesa directiva, que finalmente admitieron haber conocido de la situación desde a principios de 2018.

Hoy las intenciones de Víctor Manuel Pinot para relegirse o imponer a uno de sus «peones» es evidente, con o sin el apoyo de los delegados sindicales o la base trabajadora. Intentar aplicar nuevamente sus argucias para perpetuar su poder a costa de lo que sea no resultaría nada nuevo para él. Ya lo ha hecho antes con el uso de asambleas masivas, votos alterados, modificando tramposamente lo estatutos y las protestas de extorsión al Estado que, valga decirlo, esta vez parece que no le funcionarán… así las cosas.

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