En la Mira  / Héctor Estrada

Como Araceli hay mil cada día en México

Araceli, de sólo 14 años de edad, dio a luz el pasado 11 de noviembre a las afueras del Hospital General de Tapachula. Había pedido atención, pero no fue ingresada al nosocomio. Permaneció en el exterior por varias horas hasta que finalmente entró en labor de parto. Sin embargo, su caso no sólo ha expuesto las negligencias en el sistema de salud, sino también la alarmante realidad que representan aún los embarazos adolescentes en México, y sobre todo en Chiapas.

De acuerdo a los resultados del último estudio Embarazo Temprano en México, realizado por el Colegio de México (Colmex), cada día, alrededor de mil adolescentes mexicanas de entre 12 y 19 años se vuelven madres, un poco más de la mitad sin planearlo o desearlo. De hecho, la pandemia de covid-19 profundizó esta tendencia, pues entre 2020 y 2021 tuvieron lugar poco más de 29 mil nacimientos adicionales a los proyectados.

En el contexto de COVID-19, en México también se registró un aumento del 2.9 por ciento de llamadas de auxilio por casos de violencia de género, en comparación con los registrados durante 2019, de acuerdo con información de ONU Mujeres. Además, se recibieron 610 mil 446 denuncias al 911 por motivos de violencia contra la mujer en 2020, además de un promedio de 45 denuncias diarias por violación.

Esto en un país como México donde cada año 5.4 millones de menores son víctimas de abuso sexual, donde el 90 por ciento de los casos son perpetrados contra niñas, en el que se registra la mayor incidencia de desapariciones de mujeres (jóvenes y adolescentes) de la región y donde ocurren un promedio de 10 feminicidios al día.

Y es que, el embarazo temprano se relaciona de manera estrecha con las desigualdades sociales. “Es más frecuente que se embaracen las adolescentes que tienen acceso limitado a la educación sexual, las de hogares con ingresos bajos, las indígenas y las que residen en zonas con niveles altos de violencia que las adolescentes que no viven en estas condiciones”, señaló el estudio.

Sí, México es el país de la OCDE con mayor tasa de embarazos adolescentes. A nivel global solo está superado por los países de Centroamérica y el África subsahariana. La tasa de fecundidad de adolescentes se sitúa en un 68 por cada 1.000 jóvenes de 15 a 19 años, según la Conapo… Y Chiapas es justo la entidad del país con mayor tasa de embarazos dentro de este sector poblacional al registrar 85 por cada mil; mientras en la Ciudad de México el índice es de apenas 48 por cada mil.

Se trata de un problema de salud pública que en muchas de las ocasiones también implica riesgos fatales. De acuerdo a estadísticas de la Secretaría de Salud, las complicaciones durante el embarazo y el parto representa la segunda causa de muerte entre las mujeres de 15 a 19 años en todo el mundo; experimentar un embarazo en la adolescencia duplica el riesgo de muerte materna en menores de 19 años y se cuadruplica en menores de 15 años.

Por eso el caso de Araceli expone problemas que van mucho más allá de la probable negligencia médica. Pone sobre la mesa un asunto de salud pública y desigualdad social con matices de violencia de género, abuso infantil, rezago educativo y hasta delitos sexuales que no pueden perderse de vista. Es un tema que requiere mucho más que medidas paliativas y que, sin programas de combate que atiendan el origen de fondo, no podrá aminorarse con la premura que se requiere… así las cosas.

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